Hoy en día, el enemigo más
importante del oso panda es la
pérdida de su hábitat, y ésta se
produce de un modo imparable
sobre todo por la tala del bosque.
Por ejemplo, en el área de Quin
Ling las compañías madereras ya
han ocupado el 70% del hábitat
del panda, y siguen
destruyéndolo: dinamitan las
montañas para hacer nuevas
carreteras y poder talar así más
cerca de la cima.
Con sólo alrededor de 1.600
pandas en estado natural, se
podría pensar que los cazadores
los dejan en paz, sin embargo, los
bajos números, a menudo,
alimentan el deseo de matarlos o
capturarlos.
A pesar de que este tipo de caza
es ilegal en China, sigue teniendo
lugar. Existen casos en que los
cazadores se les ha dado la pena
de muerte por matar a los osos
panda, este tipo de sanción sólo
puede aplicarse, si las personas
responsables de tales acciones ha
sido capturado. El oso panda es
uno de los animales más
amenazados del planeta, por lo
tanto es un animal en peligro de
extinción.