26 de agosto
Querido Diario,
hoy reanudo la publicación. No puedo con mi genio y tengo miedo que las cosas que no anoto hoy se me van a perder para cuando quiera escribir el libro de este viaje a la locura.
Este lugar tiene una energía impresionante.
De una belleza inaudita.
Acá cada uno viene con su locura y en general explotás, te desarmás y sangrás.
Me pasaron cosas alucinantes y me siento en parte hasta culpable de haber fomentado -a través del hippismo- de los 70, el mito Bolsón.
No culpo al lugar...
Ni a la gente.
Hay algo que te enamora, te atrapa pero pocos pueden soportar el embrujo.
Hay prisioneros de esa energía y tratan en estos momentos desesperadamente de huír y otros que han encontrado su lugar en el mundo.
Los envidio. Ya volveremos sobre la envidia....
En El Bolsón descubrí -desde mi propia destrucción- aspectos del ser humano casi caricaturescos.
Pero no es algo que se dé sólo en El Bolsón.
Algo esta pasando con el ser humano.
Con todos los cambios que esta pasando la humanidad.