Diario de séptimo Volumen 2. Edición , Agosto 2018 | Page 15

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San Martín según su hija:San Martín según su hija:

Mi papá Don josé de San martín nació en Yapeyú el 25 de febrero de 1778 en el Virreinato del Río de la Plata. El fue fue el menor de cinco hermanos:

María Elena (18 de agosto de 1771),

Manuel Tadeo (28 de octubre de 1772),

Juan Fermín (5 de febrero de 1774), nacidos en la Real Calera de las Vacas, jurisdicción de la parroquia de Las Víboras; y

Justo Rufino (1776), nacido ya en Yapeyú como su hermano José Francisco.

En abril de 1784, cuando tenía seis años, llegó con su familia a Cadiz , España ―previa estadía en Buenos Aires― y se radicó luego en la ciudad de Málaga

Comenzó sus estudios en el Real seminario de nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Ingresó posteriormente al ejército español e hizo su carrera militar en el Regimiento de Murcia. Combatió en el norte de África, luego contra la dominación napoleónica de España y participó en las batallas de Bailén y la Abuera.

Mi papá con 34 años, en 1812, tras haber alcanzado el grado de teniente coronel de una escala en Londres, retornó a Buenos Aires, donde se puso al servicio de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, se le encomendó la creación del ejercito de granaderos a caballo (que hoy lleva su nombre), que tuvo su bautismo de fuego en el combate de San Lorenzo en reemplazo del general Manuel Belgrano. Allí concibió su plan continental, comprendiendo que el triunfo patriota en la guerra de la independencia hispanoamericana solo se lograría con la eliminación de todos los núcleos realistas que eran los centros de poder leales a mantener el sistema colonial en América.

Yo me llamo Mercedes. Cuando oí que mi padre fue reconocido como “El Libertador” de nuestro precioso país, me sentí orgullosa de él y de mi querida Argentina.

Mi padre era un hombre valiente con un carácter fuerte y decidido, o al menos eso es lo que me decía mi madre, Remedios de Escalada. De vez en cuando, lo veía cabalgar sobre los cerros de nuestra cordillera.

Me pregunto, que sería de nosotros los argentinos, quienes, en una época, estuvimos bajo el control de los españoles. Me siento bien al pensar en sus grandes hazañas, como cruzar la cordillera, o sus malas sorpresas, como la batalla de Cancha Rayada.

Me sorprendió que él tuviera 34 y mi madre 14 al casarse. Desearía poder verlo. Al menos una última vez. Aunque él sea de origen español, no me importa. La vida es dura a veces, pero no hay remedio lamentablemente.

A mí me gusta ver que hubo amistad entre personas para liberarnos; como Simón Bolívar.

No recuerdo bien su rostro. Pero sé que fue una persona muy lista. Pensaba más de 2 veces antes de aceptar, o continuar, aunque esto no era así todas las veces. Su mirada era esperanzada. (O al menos es lo que oigo de algunos en la calle). Otras decían que mi padre no era tan confiado, pero estaba decidido a dar su vida por nuestra libertad. Pero la mayoría decían lo mismo “Él fue una gran persona”.

Aun así, yo no quiero ni pensar lo que pasaría si nadie se hubiera revelado y siguiéramos como si nada. Seguro que iríamos muy mal. Pero por suerte, gracias a Dios pudimos tener a alguien que se dispuso a luchar por él y por todos nosotros. Y ese alguien es la persona de quien estoy tan orgullosa como agradecida de que luchó, de que dio la vida, dejando las personas que amaba atrás, y todo para que ahora disfrutemos de una democracia justa.

Sus grandes logros hicieron que la gente de Argentina tuvieran la esperanza de poder salir de esos tiempos de colonización.

Mi papá Don josé de San martín nació en Yapeyú el 25 de febrero de 1778 en el Virreinato del Río de la Plata. El fue fue el menor de cinco hermanos:

María Elena (18 de agosto de 1771),

Manuel Tadeo (28 de octubre de 1772),

Juan Fermín (5 de febrero de 1774), nacidos en la Real Calera de las Vacas, jurisdicción de la parroquia de Las Víboras; y

Justo Rufino (1776), nacido ya en Yapeyú como su hermano José Francisco.

En abril de 1784, cuando tenía seis años, llegó con su familia a Cadiz , España ―previa estadía en Buenos Aires― y se radicó luego en la ciudad de Málaga

Comenzó sus estudios en el Real seminario de nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Ingresó posteriormente al ejército español e hizo su carrera militar en el Regimiento de Murcia. Combatió en el norte de África, luego contra la dominación napoleónica de España y participó en las batallas de Bailén y la Abuera.

Mi papá con 34 años, en 1812, tras haber alcanzado el grado de teniente coronel de una escala en Londres, retornó a Buenos Aires, donde se puso al servicio de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, se le encomendó la creación del ejercito de granaderos a caballo (que hoy lleva su nombre), que tuvo su bautismo de fuego en el combate de San Lorenzo en reemplazo del general Manuel Belgrano. Allí concibió su plan continental, comprendiendo que el triunfo patriota en la guerra de la independencia hispanoamericana solo se lograría con la eliminación de todos los núcleos realistas que eran los centros de poder leales a mantener el sistema colonial en América.

Yo me llamo Mercedes. Cuando oí que mi padre fue reconocido como “El Libertador” de nuestro precioso país, me sentí orgullosa de él y de mi querida Argentina.

Mi padre era un hombre valiente con un carácter fuerte y decidido, o al menos eso es lo que me decía mi madre, Remedios de Escalada. De vez en cuando, lo veía cabalgar sobre los cerros de nuestra cordillera.

Me pregunto, que sería de nosotros los argentinos, quienes, en una época, estuvimos bajo el control de los españoles. Me siento bien al pensar en sus grandes hazañas, como cruzar la cordillera, o sus malas sorpresas, como la batalla de Cancha Rayada.

Me sorprendió que él tuviera 34 y mi madre 14 al casarse. Desearía poder verlo. Al menos una última vez. Aunque él sea de origen español, no me importa. La vida es dura a veces, pero no hay remedio lamentablemente.

A mí me gusta ver que hubo amistad entre personas para liberarnos; como Simón Bolívar.

No recuerdo bien su rostro. Pero sé que fue una persona muy lista. Pensaba más de 2 veces antes de aceptar, o continuar, aunque esto no era así todas las veces. Su mirada era esperanzada. (O al menos es lo que oigo de algunos en la calle). Otras decían que mi padre no era tan confiado, pero estaba decidido a dar su vida por nuestra libertad. Pero la mayoría decían lo mismo “Él fue una gran persona”.

Aun así, yo no quiero ni pensar lo que pasaría si nadie se hubiera revelado y siguiéramos como si nada. Seguro que iríamos muy mal. Pero por suerte, gracias a Dios pudimos tener a alguien que se dispuso a luchar por él y por todos nosotros. Y ese alguien es la persona de quien estoy tan orgullosa como agradecida de que luchó, de que dio la vida, dejando las personas que amaba atrás, y todo para que ahora disfrutemos de una democracia justa.

Sus grandes logros hicieron que la gente de Argentina tuvieran la esperanza de poder salir de esos tiempos de colonización.

Mi papá Don josé de San martín nació en Yapeyú el 25 de febrero de 1778 en el Virreinato del Río de la Plata. El fue fue el menor de cinco hermanos:

María Elena (18 de agosto de 1771),

Manuel Tadeo (28 de octubre de 1772),

Juan Fermín (5 de febrero de 1774), nacidos en la Real Calera de las Vacas, jurisdicción de la parroquia de Las Víboras; y

Justo Rufino (1776), nacido ya en Yapeyú como su hermano José Francisco.

En abril de 1784, cuando tenía seis años, llegó con su familia a Cadiz , España ―previa estadía en Buenos Aires― y se radicó luego en la ciudad de Málaga

Comenzó sus estudios en el Real seminario de nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Ingresó posteriormente al ejército español e hizo su carrera militar en el Regimiento de Murcia. Combatió en el norte de África, luego contra la dominación napoleónica de España y participó en las batallas de Bailén y la Abuera.

Mi papá con 34 años, en 1812, tras haber alcanzado el grado de teniente coronel de una escala en Londres, retornó a Buenos Aires, donde se puso al servicio de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, se le encomendó la creación del ejercito de granaderos a caballo (que hoy lleva su nombre), que tuvo su bautismo de fuego en el combate de San Lorenzo en reemplazo del general Manuel Belgrano. Allí concibió su plan continental, comprendiendo que el triunfo patriota en la guerra de la independencia hispanoamericana solo se lograría con la eliminación de todos los núcleos realistas que eran los centros de poder leales a mantener el sistema colonial en América.

Yo me llamo Mercedes. Cuando oí que mi padre fue reconocido como “El Libertador” de nuestro precioso país, me sentí orgullosa de él y de mi querida Argentina.

Mi padre era un hombre valiente con un carácter fuerte y decidido, o al menos eso es lo que me decía mi madre, Remedios de Escalada. De vez en cuando, lo veía cabalgar sobre los cerros de nuestra cordillera.

Me pregunto, que sería de nosotros los argentinos, quienes, en una época, estuvimos bajo el control de los españoles. Me siento bien al pensar en sus grandes hazañas, como cruzar la cordillera, o sus malas sorpresas, como la batalla de Cancha Rayada.

Me sorprendió que él tuviera 34 y mi madre 14 al casarse. Desearía poder verlo. Al menos una última vez. Aunque él sea de origen español, no me importa. La vida es dura a veces, pero no hay remedio lamentablemente.

A mí me gusta ver que hubo amistad entre personas para liberarnos; como Simón Bolívar.

No recuerdo bien su rostro. Pero sé que fue una persona muy lista. Pensaba más de 2 veces antes de aceptar, o continuar, aunque esto no era así todas las veces. Su mirada era esperanzada. (O al menos es lo que oigo de algunos en la calle). Otras decían que mi padre no era tan confiado, pero estaba decidido a dar su vida por nuestra libertad. Pero la mayoría decían lo mismo “Él fue una gran persona”.

Aun así, yo no quiero ni pensar lo que pasaría si nadie se hubiera revelado y siguiéramos como si nada. Seguro que iríamos muy mal. Pero por suerte, gracias a Dios pudimos tener a alguien que se dispuso a luchar por él y por todos nosotros. Y ese alguien es la persona de quien estoy tan orgullosa como agradecida de que luchó, de que dio la vida, dejando las personas que amaba atrás, y todo para que ahora disfrutemos de una democracia justa.

Sus grandes logros hicieron que la gente de Argentina tuvieran la esperanza de poder salir de esos tiempos de colonización.

Mi papá Don josé de San martín nació en Yapeyú el 25 de febrero de 1778 en el Virreinato del Río de la Plata. El fue fue el menor de cinco hermanos:

María Elena (18 de agosto de 1771),

Manuel Tadeo (28 de octubre de 1772),

Juan Fermín (5 de febrero de 1774), nacidos en la Real Calera de las Vacas, jurisdicción de la parroquia de Las Víboras; y

Justo Rufino (1776), nacido ya en Yapeyú como su hermano José Francisco.

En abril de 1784, cuando tenía seis años, llegó con su familia a Cadiz , España ―previa estadía en Buenos Aires― y se radicó luego en la ciudad de Málaga

Comenzó sus estudios en el Real seminario de nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Ingresó posteriormente al ejército español e hizo su carrera militar en el Regimiento de Murcia. Combatió en el norte de África, luego contra la dominación napoleónica de España y participó en las batallas de Bailén y la Abuera.

Mi papá con 34 años, en 1812, tras haber alcanzado el grado de teniente coronel de una escala en Londres, retornó a Buenos Aires, donde se puso al servicio de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, se le encomendó la creación del ejercito de granaderos a caballo (que hoy lleva su nombre), que tuvo su bautismo de fuego en el combate de San Lorenzo en reemplazo del general Manuel Belgrano. Allí concibió su plan continental, comprendiendo que el triunfo patriota en la guerra de la independencia hispanoamericana solo se lograría con la eliminación de todos los núcleos realistas que eran los centros de poder leales a mantener el sistema colonial en América.

Yo me llamo Mercedes. Cuando oí que mi padre fue reconocido como “El Libertador” de nuestro precioso país, me sentí orgullosa de él y de mi querida Argentina.

Mi padre era un hombre valiente con un carácter fuerte y decidido, o al menos eso es lo que me decía mi madre, Remedios de Escalada. De vez en cuando, lo veía cabalgar sobre los cerros de nuestra cordillera.

Me pregunto, que sería de nosotros los argentinos, quienes, en una época, estuvimos bajo el control de los españoles. Me siento bien al pensar en sus grandes hazañas, como cruzar la cordillera, o sus malas sorpresas, como la batalla de Cancha Rayada.

Me sorprendió que él tuviera 34 y mi madre 14 al casarse. Desearía poder verlo. Al menos una última vez. Aunque él sea de origen español, no me importa. La vida es dura a veces, pero no hay remedio lamentablemente.

A mí me gusta ver que hubo amistad entre personas para liberarnos; como Simón Bolívar.

No recuerdo bien su rostro. Pero sé que fue una persona muy lista. Pensaba más de 2 veces antes de aceptar, o continuar, aunque esto no era así todas las veces. Su mirada era esperanzada. (O al menos es lo que oigo de algunos en la calle). Otras decían que mi padre no era tan confiado, pero estaba decidido a dar su vida por nuestra libertad. Pero la mayoría decían lo mismo “Él fue una gran persona”.

Aun así, yo no quiero ni pensar lo que pasaría si nadie se hubiera revelado y siguiéramos como si nada. Seguro que iríamos muy mal. Pero por suerte, gracias a Dios pudimos tener a alguien que se dispuso a luchar por él y por todos nosotros. Y ese alguien es la persona de quien estoy tan orgullosa como agradecida de que luchó, de que dio la vida, dejando las personas que amaba atrás, y todo para que ahora disfrutemos de una democracia justa.

Sus grandes logros hicieron que la gente de Argentina tuvieran la esperanza de poder salir de esos tiempos de colonización.