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MARTES / 8 de octubre / 2013
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TABLERO POLÍTICO
Por Jonathann ESTRADA
“Constructores y depredadores de Cancún”
C
uando Alfonso Alarcón
Morali, primer presidente municipal de Benito
Juárez (1975-1978), rindió protesta en el parque
de las palapas como alcalde de Cancún, sintió
cristalizada su obra y se
propuso darle cauce a un
municipio que no representaba más que
crecimiento y construcción. Alfonso llegó a Cancún como funcionario de lo que
ahora es Fonatur (1971) y se llamaba Infratur. Alarcón Morali fue enviado desde el
centro del país para el desarrollo de esta
ciudad y el gobernador David Gustavo Gutiérrez Ruiz lo convenció de quedarse y lo
hizo candidato. Benito Juárez no tenía ni
el diez por ciento de problemas que hoy
representa.
A Alfonso Alarcón le siguió el abogado Felipe Amaro Santana (1978-1981) y
a éste José Irabién Medina (1981-1984).
Con “Pepe” Irabién y Joaquín González
Castro (1984-1987) la transformación de
la ciudad de Cancún fue en aumento. La
zona hotelera contaba con un mayor número de cuartos y el primer cuadro de la
ciudad ya no llegaba hasta la avenida Uxmal, la ciudad crecía y se abrió “Nuevos
Horizontes”, programa que encabezaba
el entonces gobernador Pedro Joaquín
Coldwell. Cancún y sus alrededores era
un paraíso de gente trabajadora y empresarios visionarios que llegaron a invertir y
construir, nadie pensaba en explotar los
recursos o saquear. Incluso esos gobiernos municipales fueron dirigidos por políticos que encontraron en la encomienda
un trampolín político más que un negocio.
En la administración municipal de José
González Zapata (1987-1990) empezó la
“jauría”, y no porque González Zapata la
produjera sino porque la voracidad de los
funcionarios estaba abonada por la falta
de mando del entonces alcalde, quien cedía el timón a incondicionales que incluso
en la desgracia del huracán “Gilberto” lucraron con víveres y material de construcción. Benito Juárez iniciaba un crecimiento desmesurado y la corrupción permeaba
con mayor énfasis.
Luego llegó Mario Ernesto Villanueva
Madrid (1990-1991), el hombre que marcó siempre ser proclive a negocios turbios
e infestar cuanto gobernaba de mafias y
delincuentes. No lo asevero con ligereza,
en el escaso tiempo de Mario Villanueva
en el gobierno municipal defraudó al Fondo Nacional de Habitaciones Populares
(Fonhapo) y permitió el mega fraude del
cuñado de Carlos Salinas de Gortari (Luis
Yañez de la Barrera), numerosas familias
de la región 90 así como micro empresarios sintieron el peso político del entonces
esposo de Adriana Salinas de Gortari, hermana del Presidente de la República.
Cancún pasó de la voracidad de Mario
a la tibieza de Jorge Arturo Contreras Castillo (1991-1993), con dotes de empresario, delegó las principales áreas a amigos
e incondicionales y permitió, de la mano
de un gobernador desentendido, que “ el
barco” naufragara.
Para cuando llegó Carlos Javier
Cardín Pérez a gobernar Benito Juárez
Alfonso Alarcón
Felipe Amaro
José Irabién
Joaquín González
José González
Mario Villanueva
Arturo Contreras
Carlos Cardín
Edmundo Fernández
Magaly Achach
“Chacho” García
Carlos Canabal
Francisco Alor
Gregorio Sánchez
Latifa Muza
Jaime Hernández
Julián Ricalde
Paul Carrillo
(1993-1995) ya Cancún era una ciudad
con gran empuje y delegaciones como
Alfredo V. Bonfil, Puerto Morelos y Leona Vicario representaban una real carga
económica. En esta época también los
asentamientos irregulares abundaban
debido a la coacción de votos para el PRI,
empezaba a ser insuficiente el recurso
del erario debido a que tenían que cubrir
servicios en zonas donde no se recauda-
ba. Cancún entró en un gran desorden y
el presidente municipal gobernaba como
si el ayuntamiento fuera un corporativo
privado. Lo peor que pudo hacer Cardín
es entregar el interinato a alguien con
cero visión administrativa, Edmundo Fernández Meza (1995-1996), quien endeudó el ayuntamiento en cuatro meses tres
veces más de lo que lo había hecho su
antecesor. En este periodo fue el fin del
Cancún que impulsaba a políticos a otros
escaños, dejó de ser un trampolín.
Con Sonia Magaly Achach Solís (1992002) el municipio vivió grandes tiempos
de simulación. Ascendieron los negocios
de un grupo selecto que le vendieron la
idea de un crecimiento social personal a
la ex alcaldesa. Magaly abandonó su sentido popular y su ideología de lucha social
y se quiso equiparar a los de las clases
pudientes. En Cancún ya pululaban los
secuestros, las “narcotienditas” y las extorsiones. El crecimiento de bandas como
el tráfico de cubanos tuvo auge con Francisco Velasco Delgado, “El Vikingo”, como
titular de Seguridad Pública Municipal. Ya
Cancún no tenía control y la pobreza y el
desempleo crecían desmesuradamente.
Por ello no les fue difícil a las grandes mafias hacer ganar a la oposición, entonces
Juan Ignacio García Zalvidea “Chacho” le
arrebata por primera vez al PRI la presidencia municipal (2002-2005). Este fue el
gobierno de gran ascenso a la corrupción.
El pago de la factura no tuvo límite de ceros, por ello recibir a Carlos Canabal Ruíz
(2005) no se sintió tanto, venía del mismo árbol. Hay incluso quien ni recuerda
el paso de Canabal por el ayuntamiento,
aunque en menos de un año incrementó
su capital impresionantemente.
Francisco Alor Quezada (2005-2008),
Gregorio Sánchez Martínez (2008-2010),
Latifa Muza Simón (2010), Jaime Hernández Zaragoza (2010-2011) y Julián Javier
Ricalde Magaña (2011-2013) son la praxis
de gobiernos al servicio de la delincuencia
organizada y la corrupción. La manera en
cómo llegaron al poder, los antecedentes
de un Cancún golpeado y saturado de delincuencia, marcan evidentemente para
quiénes gobernaron. No es cuestión de
simple crítica ante la evidencia absoluta y
es increíble como aún gente como Latifa
Muza Simón sigue gobernando tras bambalinas. Porque es ella quien interviene
con empleados a quienes insta a no renunciar a áreas que deberían ser cedidas
a la nueva administración. Cómo se puede entender que aún su empresa, Grúas
Cardona, continúe enriqueciéndose con la
concesión municipal.
Benito Juárez es un municipio decadente que requiere una real política de
crecimiento. No puede tolerar más golpes.
Paul Carrillo de Cáceres (2013-2016) deberá asumir con congruencia decisiones
claves para darle un sentido revitalizante a
esta administración. Hay actitud, hay pequeñas grandes muestras de congruencia, ahora solo queda continuar y demostrar qué le sigue.
» El topo luminario
Jorge Aguilar Osorio, “El Topo”, será
desaforado de descubrírsele con pruebas
fehacientes su participación en este fraude al ayuntamiento por las luminarias que
un grupo de perredistas estaba destruyendo en una bodega en las inmediaciones de
Alfredo V. Bonfil. Aunque este solo es uno
de muchos otros asuntos de desvío de
recursos que están encontrando en esta
dirección municipal, que sirvió de casa de
campaña del ahora diputado. Cárcel es lo
que merece y podría cumplírsele.
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