era el orgullo de la familia, la felicidad de su madre.
- Cristobal, tal vez nunca encontremos tierra, te quiero y tu eres... - Otro grito interrumpió su conversación, no era de miedo ni de emoción era un grito de dolor.
Fernando y Cristobal corrieron a la cubierta y vieron a un tripulante con la mano sangrando, una mordedura se notaba en su mano.