Destinos y Negocios Magazine Junio 2024 Edición 31 | Page 27

Cuidar de su familia, verlos crecer y disfrutar de cada etapa de cada uno, no fue impedimento para que de igual manera se involucrara como una influencia positiva en la toma de decisiones importantes para su vida cotidiana. Desde miembro del Consejo Escolar y presidenta del AMPA hasta presidente del AMPA, ha buscado siempre de hacer las cosas de manera diferente, ya que su visión es que las directivas de cualquier institución deberían pensar y actuar más allá de la cuota de beneficios.

Un hito destacado, es que Ana fue fue delegada sindical y miembro del comité de empresa, participando en la negociación de dos convenios colectivos, adaptando la reducción de jornada por maternidad del Estatuto de los Trabajadores al complicado trabajo y horario de los pilotos de líneas aéreas, lo que luego la impulsó a emprender, estudiando varias posibilidades: de un amplio abanico, su decisión fue “involucrarse” con la calidad de vida de personas en su edad dorada.

Es así, cuando se vuelve una pionera con “Oldies FIT” un centro de entrenamiento especializado en mayores, que gestiona con el acompañamiento del especialista en deporte geriátrico Ramón Alonso Cabrera, y que han proyectado como un Gimnasio donde sus miembros pueden recuperar fuerza y energía, equilibrio, masa muscular y retrasar los achaques del tiempo. Más motivados, amplifican su salud en general.

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Las Islas afortunadas trajeron a Ana por trabajo, pero un día, se quedó para siempre. Vivió en las Canteras y se mudó a Santa Brígida, con la gran responsabilidad de forjar una familia de 3 hijos, sola, lo que la hizo replantearse la manera de sostenerse y salir adelante.

Graduada como Piloto de la Escuela Nacional de Aeronáutica en Salamanca, llegó a ser parte de un reducido grupo de Mujeres comandantes (cuando comenzó, no eran más de 15 en todo España) trabajó en Spanair surcando cielos por casi 25 años, hasta el febrero del año 1991.

Las islas afortunadas trajeron a Ana por trabajo, pero un día, se quedó para siempre. Vivió en Las Canteras y se mudó a Santa Brígida, con la gran responsabilidad de forjar una familia de 3 hijos, sola, lo que la hizo replantearse la manera de sostenerse y salir adelante.

Graduada como Piloto de la Escuela Nacional de Aeronáutica en Salamanca, llegó a ser parte de un reducido grupo de mujeres comandantes (cuando comenzó, no eran más de 15 en todo España) trabajó en Spanair surcando cielos por casi 25 años, hasta febrero del año 1991.