bebederos que había en el patio . Es probable que en nuestros intestinos juguetearan entonces una mayor cantidad de bichos de los que los que tenemos actualmente , pero no recuerdo haber asociado alguna vez una enfermedad con esa práctica .
Cuando llegué a San Francisco del Rincón hace 30 años , continué con esa costumbre hasta que las frecuentes infecciones intestinales y diarreas me hicieron ver que el agua de la llave estaba dañando mi salud , fue entonces cuando empecé a tomar agua de garrafón y más adelante en botellas de plástico de todos tamaños , cosa que me parecía sana y conveniente . Después de escribir “ El siniestro viaje de una botella de plástico al océano ”( 1 ) mi percepción de esta práctica dejo de ser la misma . Hoy en día cada vez que veo una de esas apetecibles botellitas de agua , de la mano de una sugestiva publicidad de chicas esbeltas y vida saludable soy consciente de que , una vez que haya saciado mi sed , esa inocente botellita se integrará a los millones de millones de botellitas en todo el mundo que van a parar a las montañas de basura en los rellenos sanitarios donde se generarán lixiviados tóxicos que tarde o temprano permearán al subsuelo contaminando los acuíferos , o seguirán el siniestro viaje al océano donde se unirán a los colosales parches de basura que crecen día con día .
Adicionalmente , la creciente contaminación de ríos y mantos acuíferos ha ocasionado que millones de personas que no tienen la posibilidad de pagar esta agua cara , tomen agua contaminada de la red , provocando desde malformaciones y deficiencias en los recién nacidos hasta serias enfermedades crónicas en muchas partes del mundo y desde luego , de nuestro querido Guanajuato .
Existen varias maneras prácticas y sencillas de salir de este círculo perverso : desde luego la más económica y conveniente es la de regresar al agua pura en las redes municipales exigiendo a los Sistema , Juntas o Comités de Agua Potable que garanticen su potabilidad ; consumir agua potable en garrafones retornables de 20 litros por $ 25 o $ 30 o bien recargar por $ 10 o $ 12 los garrafones de 20 litros en un despachador de
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