ellos utilizan estos discursos porque tienen esos pensamientos de
odio o porque saben que hay muchas personas que piensan esto.
Un par de ejemplos de estos discursos de odio son los de el caso
de Donald Trump, en Estados Unidos, el cual se basaba en odio
hacia los inmigrantes latinoamericanos en su mayoría mexicanos.
El otro gran ejemplo, en Costa Rica, fue durante las pasadas
elecciones, en donde el candidato Fabricio Alvarado mantuvo un
discurso en contra de las personas homosexuales; además de
utilizar la religión en un ambiente política. Este tipo de discursos
en los cuales se discriminan a ciertas minorías frecuentemente
tienen una gran aceptación por muchas personas. A la hora de
escoger al líder de un país no se debe escoger por su discurso, sino
por ser el mejor preparado y porque tiene un mejor equipo de
trabajo, al final son ellos los que representan a una nación
completa frente a otros países.
Aunque debemos tener en cuenta que no siempre la
mayoría tiene la razón. Un ejemplo de esto es el tema por tratar el
Holocausto,
la
mayoría
votó
por
el
Partido
nazi
y,
consecuentemente, por el principal líder de este Adolf Hitler, lo
cual ocasionó la Segunda Guerra Mundial. Por supuesto es la
manera más “justa” de escoger a un líder, pero no necesariamente
la mejor, porque no siempre son los mejor preparados. En muchas
partes del mundo en la que la mayoría ha escogido a un líder no
ha tenido la razón como por ejemplo en Venezuela, al principio
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