cotidiana que uno realiza. El ser humano se enfoca más en los
peligros que puede llegar a enfrentar que en las bendiciones que
le pueden pasar en la vida, a esto se llama sesgo negativo.
Aronson (2018) afirma: “Los eventos negativos son más
poderosos que los positivos, por esta razón duramos más
pensando en ellos (p. 24)”
El odio es claramente un evento muy puntual en el cual las
personas se enfocan mucho cuando lo sienten. Pensar tanto en
esto nos puede llevar a sentir cosas malas también; no obstante,
también nos puede dar ese impulso necesario para realizar las
cosas en su vida diaria, puede servir de motivación para cambiar
aspectos de nuestras vidas que hacen que no estemos satisfechos
y sintamos odio hacía dicha situación. De otro modo, el odio
también incita muchas veces a que las personas tomen buenas
decisiones de momento o para el futuro porque a lo mejor ya están
cansadas de lo mismo y eso provoca un cambio de
comportamiento positivo que puede influir mucho en el bienestar
de las personas. Sin duda alguna puede haber probabilidades de
que el odio ayude a mejorar el estilo de vida en solo una situación
en particular, y gracias a ese odio que siente la persona puede
cambiar esa situación. Sin embargo, el odio es uno de los factores
que provoca cierto mal en el mundo, y puede dejar una huella
negativa a nivel local y hasta mundial. Específicamente, las
huellas negativas no son sólo para recordarlas como un momento
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