Despertar de la Montaña Edición 299 | Page 2

2 DESPERTAR DE LA MONTAÑA, La Realidad de nuestro tiempo La Columna Poder de los poderes No deja de sorprender la selección de Andrés Manuel López Obrador del mensaje principal en la ceremonia solemne del 8 de agosto en la que recibió la constancia de mayoría que lo acredita como presidente electo. "El ejecutivo -dijo-- no será más el poder de los poderes, ni buscará someter a los otros. Cada quien actuará en el ámbito de su competencia y la suma de los trabajos respetuosos e independientes fortalecerá a la república." El tema es significativo porque hace mucho tiempo que la Presidencia de la República no ha sido ya en nuestro país el poder de los poderes. Todo lo contrario. Los poderes del ejecutivo se han deteriorado de manera dramática, especialmente a raíz de la pérdida de la mayoría absoluta en el Congreso por parte del partido del mandatario, lo cual ocurrió a partir de 1997, y con el fortalecimiento de los poderes autónomos, como el judicial, la CNDH, el INE, la Cofece, el IFT y muchos más. Los presidentes ya no han podido hacer reformas unilaterales, como en el pasado, o siquiera aprobar los presupuestos por sí solos. En todos los casos han tenido que negociar con los partidos de oposición en el Congreso. Esto ha tenido algunos aspectos positivos y otros negativos, pero ha sido la regla en un país en que la Presidencia perdió muchos de los poderes casi absolutos que tuvo durante los tiempos del viejo PRI. Hoy surge el temor de un presidente que tenga nuevamente todos los poderes. Esto se debe al hecho de que López Obrador no solo obtuvo el triunfo en la elección presidencial del 1ro de julio, sino que su partido Morena y sus aliados de la Coalición Juntos Haremos Historia consiguieron la mayoría absoluta en las dos cámaras del Congreso. El mensaje de López Obrador en la sede del Tribunal Electoral busca tranquilizar a simpatizantes y opositores y decirles que no abusará de esas mayorías absolutas que le han dado los electores. Es un mensaje que se agradece, pero que habrá que recordar constantemente a lo largo del próximo sexenio. La experiencia nos dice que los presidentes con poderes absolutos han estado dispuestos a respetar las voces disidentes en condiciones normales, pero no cuando enfrentan situaciones de crisis. Recordemos cómo José López Portillo estatizó la banca en 1982;pero cuando los dueños de los bancos señalaron que acudirían a juicios de amparo, simplemente ordenó a los diputados y senadores que cambiaran de inmediato la Constitución. López Obrador no es, por supuesto, López Portillo. Si bien empezó su carrera política dentro del PRI, lleva décadas militando en partidos de oposición donde ha conocido la derrota en muchas ocasiones… y la derrota es siempre mejor maestra que la victoria, sobre todo porque enseña a actuar con humildad. Si bien el proceso de transición ya ha empezado de alguna manera, las actividades formales no podían comenzar sino a partir del reconocimiento de López Obrador como presidente electo. La reunión de este jueves 9 de agosto entre el presidente electo y el presidente de la república en Palacio Nacional es de alguna manera el banderazo oficial de la transición. Hasta este momento hemos tenido una transición ejemplar, la cual comenzó con el reconocimiento de los partidos perdedores y del presidente Enrique Peña Nieto del triunfo de López Obrador a pesar de que estaba todavía fresco en el ánimo de la clase política el rencor de la campaña. Esperemos que así continúe el proceso para el bien no sólo del próximo gobierno sino del país entero. LECTURA POLÍTICA N OÉ M ONDRAGÓN N ORATO Paz política: ¿antesala de la delictiva? El gobernador Héctor Astudillo Flores, apareció por momentos más flexible. Hasta conciliador. Por una parte y en sus informes regionales, prometió apoyar a los alcaldes de Tierra Caliente, para el pago de aguinaldos. Luego, concedió lo mismo para los alcaldes de la Costa Chica y anticipó apoyos para esa región "en todo lo que resta de su mandato". Y para no soltar del todo a la alcaldesa morenista de Acapulco, Adela Román Ocampo, reveló "una línea de investigación fuerte" por el homicidio de la oftalmóloga Reyna Valenzo Pérez, quien fue asesinada la tarde del pasado viernes en Acapulco. Y de ahí se abre lo demás. El gobernador parece por fin, haber evaluado que, sin una iniciativa gubernamental tendiente a generar un proceso de paz con la clase política guerrerense, difícilmente logrará los acuerdos para enfrentar con determinación los embates de la violencia y la inseguridad, atribuibles a la irrupción constante del crimen organizado. Y menos ahora que tendrá que remar contra la corriente, con un gobierno federal ajeno al PRI. Hay que ubicar cuando menos tres contextos de lo anterior: 1.- Dentro del PRD, la tribu Nueva Mayoría (NM) decidió "tomarle la palabra al gobernador" en lo referente a su postura en el sentido de que "hemos tenido problemas mayores que cualquier pleito político, y me he concentrado en resolver muchos problemas para que este pueblo siga adelante, que andarme peleando con los políticos". El mensaje político conciliador llegó directo del exalcalde porteño, Evodio Velázquez Aguirre, con quien el mandatario estatal no tuvo durante todo su trienio, una relación de buenos entendimientos. Sino de asperidad y lejanía. "Esta expresión política coincide con usted y le manifiesta que en nosotros encontrará un aliado permanente para construir una mejor condición de vida de los guerrerenses" sostuvo en ruidoso desplegado publicado en algunos medios impresos, dicha tribu perredista. De alguna forma, Evodio y NM, reconocieron la jerarquía y el control político del gobernador. Y decidieron andar el camino de la reconciliación. Falta que Astudillo responda. 2.- Esta misma situación está lejos de operar con el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, un personaje que, siguiendo las instrucciones políticas de AMLO va a generar en el futuro, acercamientos políticos simulados con el mandatario estatal tricolor. Porque si la consigna es acabar con la corrupción, en el gabinete estatal y algunas dependencias que se favorecen con el subsidio estatal, hay mucha. La prueba de fuego será la aprobación del presupuesto de Egresos en diciembre próximo. 3.- Si la paz política no llega, la delictiva tampoco. Cuatro ejemplos son elocuentes al respecto: en el municipio de Tlapa, los Policías Comunitarios agrupados en la UPOEG, insisten en mantenerse en la plaza, contraviniendo la decisión del alcalde morenista Dionicio Pichardo García. Y el edil del municipio de Coahuayutla, el también morenista Rafael Martínez Ramírez, alega que un grupo delictivo tiene asolado el municipio. Se van los estatales y federales y se apoderan del pueblo. Lo mismo ocurre en el corredor Xochipala- Tlacotepec, donde los grupos del crimen organizado impusieron su ley. Y finalmente, el municipio de Petatlán y su zona serrana arden por la intromisión de varios grupos de la delincuencia organizada que se disputan ese territorio. Las preguntas inevitables son dos: ¿Logrará el gobernador con una presumible paz política, incidir para empujar una paz común para todos los guerrerenses y negada hasta hoy? ¿O se tendrá que seguir el camino de una paz forzada por los eventos violentos sistemáticos?