"Aprendiendo a
VIVIR..."
Anécdota de independencia
Por: Monserrat Solís
Un día decidí que era hora de que me volviera independiente. Quería valerme por mí y no fue tanto por libertinaje sino porque sentía que era hora de darle un cambio a mi vida.
Dejar de depender de mis padres, me enseño muchísimas cosas. En ese lapso, me quite una venda de los ojos, descubrí lo duro de la vida y lo difícil que es salir adelante sola.
Uno siempre tiende a ser egoísta, exigir y no pensar en los demás, de hacer berrinches si no nos |dan para el celular que queremos o para el cover del antro. Hoy me trago todos los reproches hacia mis padres, los admiro, respeto, y amo más que nunca. Les agradezco todo lo que me inculcaron, los valores que me enseñaron. Estoy segura que todo lo que mis padres han dado por mí, servirá para que en un futuro pueda darles aún más a mis hijos.
En este tiempo he descubierto el verdadero valor de la familia, aquellos a quienes por mucho tiempo tuve en segundo lugar. Sin embargo ahora sé que en ningún momento y pese a cualquier circunstancia, no te abandonan, siempre te están amando. Mi vida se ha rodeado de gente importante, gente que aporta únicamente cosas buenas a mi vida y a quienes puedo llamar sin lugar a dudas amigos. Verdaderos amigos, quienes han estado conmigo en las buenas y en las malas, amándote y animándote en cualquier momento.
Hoy puedo decir que vivo en toda la extensión de la palabra. Vivo sin preocuparme en los paradigmas que “rigen” a la sociedad pero al mismo tiempo la hacen infeliz. Vivo trabajando para conseguir lo que quiero y necesito sin afanarme únicamente en lo material. Vivo para reír, para llorar, para gritar…vivo para vivir. Y TU, ¿ESTAS VIVIENDO?