E
l problema que genera la falta de conciencia
al elegir un sistema constructivo es la
“invisibilidad” de la energía
La mayor dificultad a la hora de combatir el derroche
energético de nuestro parque de viviendas radica en
que el problema no es visible. La energía que despilfarramos no se ve. Quizás por ello somos menos conscientes de la necesidad de acciones eficaces y sostenibles que ayuden a disminuir el elevado consumo de
energía de nuestros edificios.
Si el problema es invisible, ¿cómo comprobar el derroche de energía de nuestras casas, edificios y ciudades?
Hay una sencilla herramienta: una fotografía termográfica. Una cámara termográfica permite analizar si un
edificio está correctamente aislado. Capta la radiación
infrarroja y convierte la energía radiada de un objeto en
información de temperatura. Cuanto más caliente esté
un objeto, más radiación generará. Esta técnica se puede usar para comprobar de forma exacta cuánto calor y
por consecuencia, cuanta energía pierde un edificio.
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