Los valores poseen dinamismo. Dinamizan y humanizan nuestra acción, nos sentimos motivados a alcanzar los valores positivos y a erradicar los valores negativos. Como toda nuestra vida se encuentra impregnada de valores: positivos o negativos, pocas cosas pueden ser neutrales.
2.- VALORES ECONÓMICOS Y TÉCNICOS: localizados en el concepto de valor de cambio como tal: lo útil, lo productivo, lo exitoso, etc.
Los valores vitales forman parte de nuestra vida de ellos y de su conformación en nuestra vida hacen la diferencia que podría surgir tanto en el campo laboral, educativo y por supuesto en lo cotidiano.
Aún cuando el tema de los valores es considerado relativamente reciente en filosofía, los valores están presentes desde los inicios de la humanidad. Para el ser humano siempre han existido cosas valiosas: el bien, la verdad, la belleza, la felicidad, la virtud. Sin embargo, el criterio para darles valor ha variado a través de los tiempos. Se puede valorar de acuerdo con criterios estéticos, esquemas sociales, costumbres, principios éticos o, en otros términos, por el costo, la utilidad, el bienestar, el placer, el prestigio
Por lo tanto nos formulamos las siguientes preguntas: ¿Debe la educación preparar aptos competidores en el mercado laboral o formar hombres completos? ¿Ha de potenciar la autonomía de cada individuo, a menudo crítica y disidente, o la cohesión social? ¿Debe desarrollar la originalidad innovadora o mantener la identidad tradicional del grupo? ¿Atenderá a la eficacia práctica o apostará por el riesgo creador? ¿Reproducirá el orden existente o instruirá a los rebeldes que pueden derrocarlo? ¿Mantendrá una escrupulosa neutralidad ante la pluralidad de opciones ideológicas, religiosas, sexuales y otras diferentes formas de vida (drogas, televisión, polimorfismo estético)
VALORES SENSORIALES O HEDONÍSTICOS: referidos a cualidades relacionadas de manera directa con lo perceptual o la satisfacción corporal: lo agradable, lo desagradable, lo placentero o no placentero, lo doloroso, etc.
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