DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 64
Salvador Borrego
Para sorpresa de los espectadores del mundo occidental, la "purga" alcanzó a algunos
líderes judíos, como Zinoviev y Kamenev; Por segunda vez —después del destierro de
Trotsky— pudo creerse en el extranjero que se trataba de una persecución antisemita, pero
los acontecimientos posteriores demostraron palmariamente que nada había más falso que
esa suposición. El hecho de que entre los eliminados figuraran también funcionarios
hebreos que por incapacidad o negligencia habían fracasado en su tarea, era una de las
características fanáticas del régimen, mas nada se había modificado en su estructura
fundamental. Caían Zinoviev y Kamenev, pero subían sus hermanos de raza Litvinov,
Zdanov, Kalinin y Vishinsky.
El diluvio de sangre —más de cinco mil ejecuciones según Churchill— acabó con los
sueños de los conspiradores rusos, con muchos de los funcionarios incompetentes que no
habían advertido el peligro y con el plan alemán para provocar la caída del marxismo
soviético mediante un movimiento interior en Rusia.
En esos juicios que costaron la vida a más de cinco mil militares rusos fungió como
fiscal el israelita Andrés lanurevich Vishinsky, que posteriormente fue delegado ante la
ONU. Y los fusilamientos estuvieron a cargo de la policía mandada por el israelita
Heinrich Yagoda, que a su vez fue juzgado incompetente y ejecutado años más tarde por el
jefe judío Nicolás Yezov.
Después de esas gigantescas purgas los comisarios judíos afianzaron mejor el control
del Ejército Rojo. Y como en todos los países donde una minoría activa y audaz tiene el
Poder en la mano, las grandes masas fatalistas del pueblo ruso nada sabían ni podían,
hacer para modificar su destino.
Terminó así en un empate el primer choque indirecto entre el marxismo israelita
asentado en la URSS y el nacionalsocialismo que Hitler creó para combatir a aquél.
EL COMUNISMO ES DERROTADO EN ESPAÑA
Después de una profunda infiltración masónica en la maquinaria gubernamental, el
comunismo sacudió a España el 2 de mayo de 1931 con actos terroristas contra las iglesias
de las principales ciudades. Ante ese clima de alarma e inseguridad — precursor de la
Revolución Mundial marxista — , el rey Alfonso XIII dimitió y el poder quedó en manos
del primer ministro Alcalá Zamora, sefardita, quien por una parte asistía a misa los
domingos y tranquilizaba así a la masa católica y por la otra solapaba la infiltración roja.
Dos años más tarde Francisco Largo Caballero celebraba un pacto con el embajador
soviético, Rosenberg, y a continuación llegaban a España agentes comunistas como llya
Ehrenburg, Primakoff, Goreff Rose Skoblewski, Aralink Tupolyew, Vladimir Bischitzki,
Bela Kun, J. Artadel, Antonow Ovejenko, Moise Rosenberg, Leo Jacobson, Keikin,
Kolzow Ginzburg Friedlander, J. Miratvilles, Stillermann, Samuel Frat-kin, Shapiro y otros,
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