DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | 页面 246

Salvador Borrego Entre el 24 y el 27 de junio; cuando los alemanes se acercaban a la ciudad de Lwow, los comisarios judíos ordenaron ejecutar a tres mil ucranianos que tenían presos por oponerse al bolchevismo. Al llegar los alemanes, hubo un repentino levantamiento de civiles ucranianos que en venganza por tales ejecuciones se dedicaron a matar judíos. 111 ORGIA DE SANGRE EN LENINGRADO (FRENTE NORTE) En esos días la moral de los soviéticos descendió vertiginosamente y el régimen trató de apuntalarla mediante fanáticos comisarios rusos y judíos que en todos los escalones del mando imponían la más ciega obediencia. El general español Valentín González se hallaba entonces en Rusia y refiere que al ser perforado el frente soviético "la sorpresa y la desilusión fueron enormes en el pueblo. Nadie tuvo la osadía de decir nada, pero las caras y los ojos hablaban un lenguaje muy elocuente". Para atraerse al pueblo el régimen arrojó por la borda sus patrañas de internacionalismo y recurrió a los estímulos patrióticos e incluso evocó los viejos himnos zaristas, resucitó los antiguos distintivos y hasta prometió restablecer la pequeña propiedad agrícola. El canto de "La Internacional" fue substituido por un himno nacional. Eran días de aflictivo apremio y el régimen fingía concesiones para granjearse la voluntad de los muchos reacios al comunismo. Mientras tanto la hornaza de la guerra devoraba hombres y armas en un frente sin paralelo de 2,500 kilómetros. En el sector norte del frente la meta era Leningrado. El Plan Barbarroja de Hitler disponía que ésa era la primera meta de la campaña, y Moscú la segunda. Sin embargo, en la práctica no estaba ocurriendo así. El Estado Mayor General había concentrado más fuerzas en el sector central y daba preferencia a la captura de Moscú. Al sector norte, encomendado al mariscal Ritter Von Léeb, se le asignaron los ejércitos regulares 16º y 18º y el 4º blindado, respectivamente al mando de los generales Busch, Von Küchler y Hoepner. En total, 30 divisiones, o sea 450,000 combatientes. Tenían el apoyo de la primera flota aérea del general Koller. El viejo mariscal Rundstedt opinaba que en el sector norte debería acentuarse la presión y que la captura de Leningrado era correctamente señalada por Hitler como el primer objetivo de la campaña. Con la captura de Leningrado y el enlace con los finlandeses, prácticamente se lograría el dominio absoluto del sector norte del frente, de tal 111 Muchos detalles sobre esos terribles sucesos quedaron de manifiesto en septiembre de 1960 al culminar una investigación iniciada en Alemania por la Asociación de Víctimas del Nazismo. 246