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DERROTA MUNDIAL
Un Esfuerzo más para Hacer la Paz con Inglaterra.
OTROS DOS OFRECIMIENTOS DE PAZ A INGLATERRA
Por tercera vez en un lapso de diez meses, desde que la guerra se había iniciado, Hitler
hizo público su viejo empeño de amistad con Inglaterra. A 22 días de la rendición de
Francia, el 14 de julio de 1940 le declaró al periodista norteamericano Wiegand:
"Nunca fue mi intención ni mi objetivo destruir al Imperio Británico. Al contrario, aun
antes de comenzar la guerra, le sometí proposiciones al gobierno inglés. Mi proposición fue
rechazada con desdén".
El 19 de ese mismo mes, un llamado de paz más amplio, formal y solemne fue
formulado por Hitler desde la tribuna del Reichstag: "Aún hoy todavía lamento — dijo —
que a pesar de todos mis esfuerzos no haya podido llegar a aquella amistad con Inglaterra
que, como creo, hubiera sido una bendición para los dos pueblos. No tuve buen éxito, a
pesar de todos mis esfuerzos honrados.
"En esta hora considero mi deber ante mi propia conciencia apelar una vez más a la
razón y al sentido común, lo mismo en Gran Bretaña que en otras partes (Estados Unidos).
Me considero en situación de dirigir este llamamiento ya que no soy un vencido que solicita
favores, sino un vencedor que habla en nombre de la razón. No veo motivo para que esta
guerra tenga que continuar... Yo he aligerado mi conciencia respecto a las cosas que
vendrán".
A continuación, según el historiador inglés F. H. Hinsley, siguieron gestiones
diplomáticas de paz por conducto de Suecia y del Vaticano. Este cuarto llamamiento de
paz, desde que la Gran Bretaña había declarado la guerra a Alemania, fue complemento de
la orden que Hitler dio a sus divisiones blindadas para hacer alto frente a Dunkerque y
permitir así la escapatoria de los soldados ingleses. Pensaba que en esa forma no se
enardecerían más los ánimos en Inglaterra. Pero su llamado a la concordia corrió la misma
suerte que los anteriores. La propaganda lo desfiguró, lo ridiculizó y criminalmente lo
presentó al pueblo inglés como una exigencia a la "rendición". En seguida Lord Halifax,
Ministro de Relaciones de Inglaterra, dio un terminante "no" El "Times" azuzó con los
encabezados siguientes: "El Pueblo británico declaró la guerra a Alemania y la continuará";
"Un desdeñoso silencio fue la respuesta de Churchill".
Y para ahogar todo intento pacifista del pueblo británico la propaganda comenzó a
agitar a la opinión pública con el espantajo de la invasión. Apenas concluida la lucha en
Francia, se inició el traslado del ejército alemán hacia el Oriente. Churchill y sus demás
colaboradores sabían perfectamente que el siguiente golpe iba contra la URSS, pero
cuidaron de no revelarlo así al mundo ni al pueblo inglés. Por el contrario, se creó un
estado de psicosis anunciando a diario que la invasión alemana de Inglaterra era inminente.
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