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DERROTA MUNDIAL
importantes del mundo, el presidente Roosevelt y Churchill" según investigaciones
publicadas por el historiador antinazi Walter Goerlitz.
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Habiendo tantos conspiradores, y tan encumbradamente acomodados, el régimen de
Hitler se salvó, por muy estrecho margen, de caer en 1938.
DESPEJE DEL FLANCO DERECHO
Para mediados de 1938 todo el servicio diplomático y la prensa oficial alemana se
hallaban empeñados en reiterar que Alemania no tenía propósito ninguno de lesionar los
intereses de los países occidentales. Después de veinte años, Hitler conservaba la misma
política expuesta durante sus primeras actuaciones públicas.
Las viejas rencillas con Francia habían sido zanjadas; por parte de Alemania, con el
restablecimiento de la soberanía alemana en los territorios del Sarre y la Renania y con la
renunciación a las provincias de Alsacia y Lorena. Concluido ese ajuste en su frontera con
Occidente, Hitler cambió su atención hacia la provincia austríaca del sur. Y una vez lograda
su anexión inició resueltamente el viraje de todos sus dispositivos hacia el gran encuentro
con la URSS.
Fue entonces cuando Hitler trató de poner las bases para asegurar en el sureste el
flanco derecho de su marcha hacia el Oriente. En el sureste se hallaba Checoslovaquia.
Era un Estado pequeño pero relativamente muy poderoso desde el punto de vista militar.
Checoslovaquia había sido inventada a raíz de la terminación de la guerra de 1918 y para
formarla fue necesario obsequiarle una parte del territorio alemán y dos millones de
habitantes alemanes, además de húngaros, rutenos de Ucrania, polacos y pequeños grupos
de otros pueblos. Hitler reclamaba la devolución de la zona poblada por sus compatriotas
y esto fue el principio de un nuevo incidente.El Presidente Benes, de Checoslovaquia,
había recibido en 1936 una invitación de Hitler para resolver amistosamente sus
dificultades; es más, se le reveló el secreto de que Alemania esperaba grandes
acontecimientos en Rusia (un golpe de Estado antibolchevique) y de que desearía un
armonioso arreglo germano-checoslovaco, a fin de tener las manos libres para alentar la
esperada rebelión antisoviética. Pero Benes se colocó entonces de parte de Stalin, rechazó
la amistad de Alemania y se apresuró a poner sobre aviso a Moscú, según lo dice Churchill
en sus Memorias.
Con este acto Benes prestó un enorme servicio al bolchevismo y en gran parte frustró
la ayuda alemana a los rusos anticomunistas. (Cuando años más tarde Benes creyó que
recibiría una recompensa, sufrió la más terrible decepción y vio cómo la URSS absorbía
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"El Estado Mayor Alemán".—Walter Goerlitz.
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