DERROTA MUNDIAL - EDICIÓN HOMENAJE AL AUTOR DERROTA MUNDIAL (Edición Homenaje) | Page 270
Salvador Borrego
El mariscal Kesselring dice que "la responsabilidad cada vez mayor y los esfuerzos
físicos llegaron incluso, como se demostró más tarde, a influir y agotar físicamente al ducho y
resistente comandante".
En efecto, al dejar el frente, Guderian tuvo que sujetarse a un tratamiento médico del
corazón que duró casi un año.
La temperatura llegó a 51° centígrados bajo cero. Era uno de los peores y más
prematuros inviernos de Rusia. Caer herido significaba la muerte por congelación en pocos
minutos si no se recibían auxilios inmediatos. Las armas quemaban al contacto de la mano
y toda la gigantesca maquinaria mecánica se paralizaba. Las ventajas técnicas de la
motorización desaparecieron al conjuro de la nieve y paradójicamente los primitivos
medios que empleaban los ejércitos soviéticos se adaptaban mejor al temporal. El trineo
superaba al camión con gasolina congelada y los granaderos en esquíes envolvían el tanque
inmovilizado. Curt Riess da una versión sobre el particular en "Gloria y Ocaso de los
Generales Alemanes", con las siguientes palabras:
"Horriblemente sufrían los soldados. Ninguno de ellos había experimentado jamás
semejante frío y pocos se imaginaron siquiera que un ser humano pudiese vivir en tales
condiciones... Se congelaba el rancho y se congelaba el combustible en tanques y
autocamiones. Congelábanse las manos, los pies, las narices y orejas hasta caerse a pedazos,
comidos por la gangrena... Y el frío arreciaba más y más; caía la nieve y se empantanaban la
artillería y los transportes; las raciones no llegaban y los rusos aparecían por todos lados, sin
un momento de pausa, sin descanso, sin un minuto de tregua que permitiera siquiera
dormir unos instantes al ejército.
¿Por qué no desertaban y se
entregaban?
Soldados alemanes eran
ellos. Podían haber sido otra cosa
alguna vez. Pero ahora eran soldados
y nada más. Los Herr Müller o Herr
Schmidt que allá en sus aldeas y
ciudades, y en lejanos tiempos fueron
carpinteros, zapateros o labriegos, ha-
bían desaparecido bajo el uniforme y
la mentalidad del soldado". "Soldado
es el alemán con cuerpo y alma —
escribió el letones Walter Schubárt
en 'Europa y el Alma del Oriente’.
“Se congelaba el rancho y se congelaba el
combustible en tanques y autocamiones”…
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Los franceses son soldados
porque aman a su patria, los