Los versos del jaguar Ak’abal
“Dejémonos de babosadas: de que hay espantos, ¡los hay! Un
pueblo sin espantos no es un pueblo de a de veras”, Escribió el
poeta momosteco, el Guardián de la caída de agua —así se
llama uno de sus libros que se despidió de esta vida el 28 de
enero pasado para transformarse en jaguar.
Leer su poesía es adentrarse entre los sabores y olores
de las montañas, así como escuchar el alegre canto de
los pájaros y el suave rumor de los ríos.