De las ciudades redondas a los anillos espaciales | Page 25
Antonio Pinto Renedo
controles de la nave, incluso el de dirección, estarían
bajo el mando del ordenador con el fin de impedir que
el láser se desvíe de su ruta.
El rayo incidiría sobre el mecanismo colector y la
energía convergería en las cámaras de combustión de la
turbina, el aire así recalentado saldría por detrás acele-
rando la nave hasta la velocidad necesaria. Una vez que
la nave estuviera a punto de abandonar la atmósfera, des-
conectaría el sistema láser y pasaría a utilizar el sistema
de propulsión convencional basado en hidrógeno y oxí-
geno o de otro tipo.
Otra de las ventajas de este sistema consiste en que
la energía de elevación al espacio sería suministrada por
la nave satélite, que, a su vez, la recogería del sol, lo cual
sería un gran ahorro para el planeta.
Para evitar riesgos se reservarían unos corredores
ecuatoriales para el empleo de estos satélites láser.
Este podría llegar a ser el sistema de transporte
más habitual en el futuro, pues, además del ahorro ener-
gético, permitiría ascender al espacio sin tanto esfuerzo
para los motores al prescindir de los pesados depósitos
de combustible, además necesitaría una menor acelera-
ción.
Estas naves solo se podrían utilizar en aquellos
planetas con una atmósfera suficientemente transparente
para que pueda actuar el láser. De no ser así, se tendría
que recurrir a las naves de tipo convencional.
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