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Why did you choose dance to explain the story? Had you worked with choreographers or dancers before?
Like I was explaining, the origin and the sources of the project were born from dance, so the language from where I imagined the film was inexorably dance.
I had never worked with dancers in a film but I had on stage, I designed some scenographies and elements for dance shows. Moreover, at home we are enthusiasts of ballet and we are up to date because my partner was a professional dancer for more than 15 years. The collaboration with LaMov Company and its director and choreographer Víctor Jiménez has been wonderful.
We can see very curious landscapes, specially the mountains of metal and other objects that give the idea of an abandoned and devastated realm, not typical of the mythological Faun we know, but of his decadence. How did you find the location? Did you have to change anything or was the place like this?
For me, a film is always born from an accumulation of experiences and observations that between them were creating your own imaginary.
At the origin, I always imagined the film in a landfill, and not just any landfill, but a very concrete one that is next to my neighbourhood in Huesca where I was raised and I played with the rest of the kids visiting it frequently. Over time, I have visited it on a regular basis, now converted in a modern center of urban rubbish management, because it continues to be a very interesting place for its terrain, closeness and uninhibition of the birds that live there, as the “exciting” and “weird” exercise of sociological voyeurism that the neighbourhood kids practiced and was related with the observation of the people’s trash. And there we shot.
After this main set, I worked hard on searching junkyards, other recycling centers, dry landscapes with plastic wastes moved by the wind… and little by little I was composing the art of the film. Some sets had to be rebuilt so they could be filmed, specially adapt the surfaces so the dancers did not have any risk of injuries; for that, the collaboration with the technicians and grip operators of the centers where we were shooting was key.
¿Por qué escogiste la danza para explicar tal historia? ¿Habías trabajado antes con algún coreógrafo y bailarines?
Como te he ido contando, el origen del proyecto y las fuentes nacían de la danza con lo cual el lenguaje desde el que siempre imaginé la película era inexorablemente el de la danza.
Nunca había trabajado con bailarines en cine pero sí lo había hecho en su ámbito escénico natural pues he diseñado varias escenografías y elementos para espectáculos de danza. Además en mi casa somos muy aficionados y estamos muy al día con lo que se hace en ballet pues mi pareja fue bailarina profesional durante más de 15 años. La colaboración con la Compañía LaMov y su director y coreógrafo Víctor Jiménez ha sido magnífica.
Se pueden observar parajes muy curiosos, especialmente las montañas de metal y otros objetos que dan esa idea de un reino abandonado y desastroso que no es típico del Fauno mitológico que conocemos, sino de su decadencia. ¿Cómo encontraste la localización? ¿Se tuvo que montar o el sitio era así?
Hacer una película para mi siempre ha nacido de un cúmulo de experiencias y observaciones que entre unas cosas y otras han ido creando tu propio imaginario.
En el origen, la película siempre la imaginé en un vertedero de basura, y no en uno cualquiera, sino en uno muy concreto que está muy cerca de mi barrio de Huesca donde yo me crié y que con el resto de críos de la calle visitábamos con frecuencia. Con el tiempo, ese vertedero, ahora convertido en un moderno centro de gestión de residuos urbanos, lo he seguido visitando regularmente porque sigue siendo un sitio altamente sugerente por su orografía, la cercanía y desinhibición de las aves que allí viven, así como por el “apasionante” y “extraño” ejercicio de voyeurismo sociológico que practicábamos los críos del barrio y que estaba relacionado con observar la basura de los demás. Y allí rodamos.
A partir de este escenario principal me dediqué a recorrer chatarrerías, otros centros de reciclado, paisajes áridos con residuos plásticos arrastrados por el viento… y poco a poco fui componiendo el arte de la película. Varios escenarios sí tuvieron que reconstruirse para poder filmar y sobre todo adaptar las superficies para que los bailarines en ningún momento tuviesen riesgo de lesiones; para ello la colaboración de los técnicos y maquinistas de los centros donde rodamos fue fundamental.