CÓMO CUIDARNOS DE LAS REDES SOCIALES. COMO CUIDARNOS DE LAS REDES SOCIALES. | Page 7
Dificultades para mantener la concentración.
Aunque una persona esté físicamente presente en un
lugar, su mente puede estar en otro totalmente distinto.
Quien sufre adicción a las redes sociales consulta de
forma compulsiva cualquier detalle, dejando en un
segundo plano la realidad directa del día a día.
Alteración de los hábitos de sueño y descanso.
La tendencia de vivir pegado a una pantalla altera el
ritmo de vida en factores tan esenciales como estos. Por
ejemplo, la costumbre de consultar el teléfono por la
noche retrasa la hora del sueño o interrumpe el descanso
nocturno.
Distorsión de la realidad.
La persona se comporta como si el teléfono móvil fuese
una prolongación de su ser tan importante como una
parte de su propio organismo. Por ejemplo, se produce
una pérdida de intimidad. La persona llega a la conclusión
de que un momento es más feliz si lo comparte con los
demás.
Falta de cuidado de la privacidad.
Como consecuencia de esta pérdida de la esfera de la
intimidad, quienes sufren adicción a Internet pierden el
control de aquella información que comparten de sí
mismos, es decir, no se dan cuenta de la cantidad de
datos sobre su propia vida que facilitan a los demás.
Gente que, en muchos casos, ni siquiera conoce en
persona.
Vacío interior.
Las redes sociales están marcadas por la interacción
constante pero, también, por lo efímero de esta forma de
expresión. Una fotografía compartida en Facebook hace
unas semanas es totalmente caduca a día de hoy. Por esta
razón, este exceso de actividad que queda en el plano de
la superficialidad, deja tras de sí una inmensa sensación
de vacío ante la alta demanda emocional de
reconocimiento ajeno.