Cuícatl Rock Noviembre-Diciembre, 2014 | Page 9

FACTOR 19: SOÑANDO CON SONIDOS CLÁSICOS Grandes producciones, tecnología al límite, procesadores que sacan tres voces de una, pianos tocados con la guitarra, baterías hechas con un teclado, el sentido orgánico cada vez más lejano, productos orientados al despliegue de medios y muchas veces, exentos de alma; los rockeros buscamos nuevas señales de identidad, que nos motiven sin tanto efecto especial. Con el siglo XXI, el perfil de la música y su consumo ha cambiado. Es la reacción proporcional al estado emotivo de los músicos, en la manera habitual del usuario final a la hora de consumir su música, sobre todo entre los más jóvenes. Todo es más pequeño, manejable, tiene más prestaciones y suena mejor, o al menos lo parece, o así te lo venden; aunque eso siempre genere un debate. Y luego está la vieja escuela, los músicos que agarran su guitarra de toda la vida, la enchufan al cabezal y la pantalla más contundente que su economía les permite comprar y se lanzan a la carretera con un buen puñado de canciones sin alharacas, fabricadas directamente en el fondo del corazón, sin pensar en modas ni galardones y la mayoría, inspiradas en ídolos de adolescencia, en la gente que les espera de vuelta a casa, o en la que se van encontrando por el camino. 9