El jueves sería la primera presentación “bien” a la que asistiría, se
llevaría a cabo en el “Café Bizarro” acompañados de una banda local
llamada “Sinanestesia”, quienes por cierto llegaron poco más de una
hora tarde y retrasaron todo el show. Terminando de tocar
Sinanestesia, suben los chicos de Cronómetrobudú, no tardaron
mucho en acomodarse cuando comienza a sonar el violín de Óscar
Calvo, ¡sí! Era la melodía de Ama-Gi, siguiendo Bajo Piel, poniéndose
romanticones con Tú y yo, seguida de La Cuarta Promesa, mi
favorita del álbum; [después] se hace una pequeña pausa, Óscar afina
violín y ¡Javier Castro da unas palabras guiando hacia el continente
asiático, presenta su canción en japonés! ¡Sí! ¡¡Era Reisan y para la
cual solicitó mi presencia en el escenario!! ¡La adrenalina a todo lo que
daba! Los asistentes adoptaron muy bien esa versión en japonés que
pienso “no sabían de qué hablaba”, pero el ritmo tan oriental prendía a
los que lo presenciaban, siguió “Solo para ti”, esa mezcla de rock con
rap que sólo Cronómetrobudú sabe hacer, [enseguida] vino “codo a
codo”, “soy yo, David” y, retomando al disco pasado, llegó
“quijotes de cristal”. Haciendo de nuevo una pequeña pausa , Javier
Castro hace una muy original presentación de la banda con un rap para
cada integrante, y volviendo al nuevo álbum llegó “de cero” , después
“vuelve a respirar” de su álbum "Dos Cero Cero Infinito" cerrando
la presentación. ¡Anunciando dos presentaciones que tendrían al día
siguiente una en el Club Atlántico junto a Kompadres Muertos y
otra que sería por la noche en El Foro Nahúal, en Teotihuacán frente a
la pirámide de la Luna!
Llega el sábado y la banda de nuevo tiene dos presentaciones en el
día, siendo el cierre de gira por México; la primera sería de nuevo en el
Chopo, donde los chicos regalaron todos los discos que quedaban,
despidiéndose poco a poco del público mexicano y agradeciendo la
asistencia.
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