Sin más preámbulos comenzamos a analizar el primer corte de este
trabajo, titulado como el opening del mismo: “Alas de Acero”. Con
poco más de seis minutos de duración, este tema de elementos
potentes y rápidos nos remite al legado de bandas como los argentinos
de Malón o proyectos mexicanos ochenteros como Ramsés o Raxas,
y nos lleva a recordar la figura emblemática de los kamikazes, unidades
suicidas del ejército japonés que causaron terribles estragos a los
cuerpos militares aliados durante la segunda guerra mundial. En este
track la voz de Miguel Anhell se escucha fenomenal dando notorios
ejemplos de su calidad como vocal, mismo que no pretende adecuarse a
la moda de las voces contra altos, guturales y agudos. La base rítmica
de Karla y Armando acompañan bastante bien esta pieza y el aporte
en los solos que Andrew Friedman, guitarrista de Heavy Blaze y
“manda más” de Allory Studios, hacen una amalgama que deja a
nuestro oídos con ganas de seguir escuchando el trabajo. Sencillamente
una “rola” que en vivo motivará a un slam inmediato.
La canción que le sigue “Alimenta a los Cerdos”, es una clara
denuncia a la corrupta y denigrante clase política que gobierna nuestro
país. Este corte, que no tiene consideraciones, arguye y pone el dedo en
la llaga en uno de los problemas más fuertes que padece México; y es
que, como ellos mismos lo reafirman en múltiples entrevistas, este tipo
de temas tiene por objetivo darle al heavy un sello de confrontación
social, lo que hace a Ángel de Metal un grupo “combativo”. Volviendo
a este poderoso track, la energía desatada aquí obliga a medio mundo
que al escucharla se agite la cabeza y levante el puño. De nueva cuenta
la solidez de la banda se palpa en la interpretación, lo que lleva a que se
piense este corte como un posible videoclip de promoción. Estaremos al
pendiente.
Continuando con la escucha, “Bajo el mismo Sol”, representa el
primer aliento que ofrece la banda a cada persona que oye su trabajo.
La letra, que es alentadora sin caer en niveles “de cursilería”, nos incita
a reflexionar, a continuar con nuestra vida y a valorar lo que hasta en
nuestra escena hace falta: el sentido de fraternidad y apoyo mutuo. A mi
parecer esto es lo que más vale de este tipo de trabajos y en especial del
heavy metal: la invitación a no darse por vencidos y a mantenerse en pie
cueste lo que cueste para poder cumplir con nuestros sueños.
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