A partir de aquí tendremos
que hacer un pequeño
trabajo de investigación de
unas dos / cuatro semanas,
para ver cómo responde
nuestro instrumento a
los cambios ambientales.
Una vez determinado
esto podremos actuar en
consecuencia.
Con esto nos referimos a que una falta de humedad
hará que nuestro diapasón se contraiga solo unas
décimas de milímetro, dejando a la vista las puntas de
los trastes.
Si a esta humedad le añadimos la temperatura, el coctel
puede ser explosivo. Imaginaos los dos extremos, las
condiciones de un desierto, con altas temperaturas y
baja humedad, y las condiciones de un clima caribeño,
con altas temperaturas y alta humedad. A la vez
imaginaos las condiciones típicas de un invierno frio
y seco como puede ser en el centro peninsular o frio
y húmedo como en la costa mediterránea. ¿Muchas
variables y pocos datos? Pues para eso tenemos los
trucos y consejos que esperemos os faciliten un poco
las cosas.
El primer consejo seria que intentéis encontrar un
término medio en la zona donde guardáis vuestro
instrumento. Pero como cualquier cosa en la vida,
sabemos que un término medio es muy muy complicado.
¿Y entonces que podemos hacer al respecto? Lo
primero para conseguirlo es comprobar que humedad
y temperatura tenemos en casa. Usaremos pequeñas
centrales meteorológicas por ejemplo, que nos darán
lecturas de humedad y temperatura. Si tenemos una
de ellas en la sala donde ensayamos y otra donde
almacenamos nuestro/os instrumentos, tendremos dos
lecturas de referencia vitales.
B&B MAGAZINE #34
Con esto me refiero a que si hemos constatado que a
nuestro instrumento le falta humedad lo que deberemos
hacer es instalar un humificador por ejemplo. En caso
contrario, cuando hay exceso de humedad usaremos
un des-humificador. ¿Porque os comento este aspecto?
Porque ahora en invierno muchas casas, locales y
almacenes cuentan con calefacción y es la calefacción
la que precisamente reseca el ambiente. O sea, quita la
humedad que nuestro instrumento necesita para estar
en óptimas condiciones. ¿Solución?
Humidificar el ambiente ya sea con una maquina
externa o con por ejemplo un vaso pequeño de agua
sobre el radiador directamente.
En el otro extremo, el exceso de humedad, que es
más difícil de tratar, lo compensaremos con el deshumificador o con las llamadas “bolas secas” que no son
más que cristales de sal como las de los sobrecitos que
encontramos cuando compramos cualquier aparato
electrónico y desembalamos el contenido. Esas sales
absorberán bien la humedad pero yo os recomiendo
mejor un des-humificador eléctrico, ya que se puede
regular mejor ese exceso de humedad ambiental.
En lo referente a la temperatura lo que hay que vigilar
principalmente son los contrastes bruscos. Me refiero a
por ejemplo, estar ensayando en casa a 22 grados y salir
a la calle para ir a tocar en un local a 10 grados. Esos
excesos siempre afectaran a la madera de uno u otra
manera. Para evitarlos controlaremos la calefacción
que tenemos en casa o locales de ensayo, porque si no
lo hacemos a la larga nuestro instrumento sufrirá tarde
o temprano las consecuencias.
Para controlar esa temperatura ya sabéis, termómetros
digitales que controles diversas habitaciones de la casa
y con un chequeo constante sabremos que temperatura
le va mejor a nuestro instrumento.