H
ay pocos instrumentos que forman parte del imaginario colectivo del
guitarrista, instrumentos que transcienden lo que son en si mismos,
van más allá de lo que es una guitarra o un bajo e independientemente
de su estado e incluso su sonido, son objeto de deseo. Una Burst 59, tal vez
alguna pre-war Martin…
E
n el mismo plano se encuentra la mítica
Fender Stratocaster serie L y esa es la
guitarra de la que vamos a hablar en este
artículo, como siempre con humildad, sin
sentar cátedra, pero reflejando la visión
de Cutaway al respecto de este tipo de
instrumentos.
En concreto es una Stratocaster con número
de serie L 80107 del año 1965.
PALA Y MÁSTIL
La pala es el diseño clásico de Stratocaster, en
arce, se ve el logo que empleó Fender entre final
del 64 y el 65 denominado “transition”.
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Cutaway Magazine /67
El clavijero debería ser un nickel-plated de
Kluson, pero ha sido sustituido por un Grover. La
afinación es precisa en este instrumento. Están
también dos tutores para que las cuerdas entren
en los afinadores con el ángulo correcto, aunque
originalmente sólo habría uno tipo mariposa.
La cejuela de hueso da paso al mástil también de
arce, de perfil “C”, suave, cómodo y sobre él un
diapasón de palorrosa brasileño “veneer”.
Debido al uso y a las consabidos retrasteos
del instrumento, el grosor del diapasón parece
menor al habitual, en él se encuentran alojados
21 trastes medium y los marcadores de posición
de nácar en los lugares habituales.