Cutaway Guitar Magazine BAJISTAS N53 | Page 11

cuerpo y el mástil, en este caso se mantiene esa madera para el cuerpo pero con un mástil de arce (eso sí, encolado al cuerpo como es de esperar). El diapasón de palorosa monta 20 trastes y también es de escala corta (30.5”), lo cual lo hace tremendamente fácil de tocar. El diseño del puente también es bastante fiel al original, sujetándose al cuerpo mediante tres generosos tornillos y ofreciendo ajuste de octavación y altura global de cuerdas. La electrónica es lógicamente pasiva, contando con un control de Volumen y uno de Tono para cada pastilla así como el típico selector de 3 posiciones que nos permitirá elegir una pastilla, la otra o ambas. El Gibson EB-3 incorporaba un control Varitone de 4 posiciones, ofreciendo un sonido extra que consistía en la pastilla del mástil con el tono cerrado completamente, pero en el caso del Tokai puedes lograrlo igualmente bajando el tono hasta el mínimo al seleccionar esa pastilla. En cuanto a las pastillas de nuevo se sigue el esquema original, montando una humbucker de formato grande situada justo al final del mástil, la cual entrega un sonido tremendamente profundo (similar al que nos encontramos en bajos como el Fender Telecaster de comienzos de los 70 o bien bajos modificados como los Yamaha Attitude signature de Billy Sheehan). Con el fin de lograr la máxima versatilidad posible, en la posición del puente se monta una minihumbucker, la cual ya de por sí tiene un sonido más incisivo y definido, lo cual sumado a la posición en la que se encuentra hace que podamos tener un sonido casi opuesto al de la pastilla del mástil. La mezcla de ambas mediante el selector de 3 posiciones crea un sonido muy abierto y un tanto hueco que se nos antoja ideal para una enorme cantidad de estilos musicales ya que el equilibrio entre graves y medios-agudos es ideal. El bajo se suministra con cuerdas entorchadas pero hemos probado a ponerle un juego de flatwounds y la verdad es que adquiere un timbre vintage precioso que a nosotros particularmente nos ha convencido. Hemos hecho una serie de pruebas conectando este Tokai SGB65 a diferentes amplis y también grabando directo a una tarjeta de sonido y en todos los casos el resultado ha sido satisfactorio. Eso sí, al conectarlo a un ampli de corte vintage como un Ampeg SVT-VR o un Musiman BH500 es cuando a nuestro juicio el bajo sonaba más auténtico, invitando de hecho a tocar líneas de bajo propias de los 60 y los 70. Siempre mencionamos que un cierto sonido te hace tocar de un modo distinto, y sin duda este es un buen ejemplo. BAJOS 10