Un cerco discriminatorio
POR: LUIS IBRAHYN CASIANO
Cabildero Registrado en la Cámara de Representantes
En épocas donde encontrar trabajo es difícil, nuestra meta es visibilizar ante la sociedad a cientos de miles de personas tatuadas en Puerto Rico, personas que todos los días salen a laborar para poder ganarse el pan, personas que, al igual que quien usa traje y corbata, mueve la economía con sus manos o con lo que recibe producto de su salario.
Queremos romper el cerco discriminatorio a la hora de la contratación de personas con tatuajes o “piercing”, elementos añadidos al físico que no interfieren con el trabajo realizado o con la capacidad del individuo que lo realiza. Durante décadas nuestra sociedad ha establecido con los prejuicios, paradigmas equivocados referente a las personas tatuadas. En nuestra cultura se asocia con los penales y los criminales, prejuicio que el televisor y el cine ha reforzado sin esto ser una realidad vinculante con un estilo de vida ilícito.
Se ha acostumbrado al ojo humano a ver ante los tatuajes y “piercirng” cuerpos mutilados o dañados y no un arte con un simbolismo. Ante ello debemos reconocer que, en otras culturas, estos elementos añadidos al cuerpo pueden ser símbolo de poder, de fe y hasta parte de una cultura social equilibrada y colectiva.
Reclamamos al Gobierno, en especial a la Legislatura, que radique una propuesta para un proyecto de ley que le garantice la oportunidad a las personas tatuadas a ser evaluadas y entrevistadas para un empleo. Buscamos una legislación que sobrepase las políticas privadas de las corporaciones, empresas y otros para no permitir esta práctica y evitar así que prevalezca el derecho del empleador a determinar la selección de un individuo por estar tatuados en áreas visibles o por utilizar “piercing”.
No legislarse ante esta ola discriminatoria, absurda y clasista es dejar al libre albedrío la violación de los derechos constitucionales del ser humano a ser tratado de igual y de ser evaluado como igual en la libre competencia por un empleo.
Aunque los tatuajes y “piercing” están a la discreción de quien decide tenerlos, pueden representar mucho más que una simple moda y un simple estereotipo, y pueden representar rasgos de una personalidad, creencias, cultura y arte, caracterizándolos y haciéndolos más genuinos dentro de su cualidad humana.
Permitir el discrimen y la selección segmentada de personas para puestos profesionales y de oficios es sin duda un atentado al reconocimiento de la diversidad humana y del derecho, en cuanto a la garantía de las iguales oportunidades de empleo por méritos y preparación.