La música nos ayuda a entender la importancia en la historia de un determinado momento , o un determinado acontecimiento . Como afirma Juan Esteban Quiroz Vega , “ La música ha funcionado como un referente cultural de expresión social que ha visibilizado grandes inconformidades en distintas épocas , pues a través de la música , el alma y la pasión de sus intérpretes se pueden transmitir las más grandes inconformidades ”.
Las letras de las canciones son una suerte de manifestación social ; un mecanismo de identificación mediante el cual se puede expresar algún tipo de descontento en un momento determinado . Es una herramienta mediante la cual puedes expresar tus sentimientos sin miedo a ser reprimido , ( aunque mucho me temo que esto no deja de ser una falacia mantenida a lo largo de la historia ) sirviendo de voz a aquellos que no la tienen , o que no tienen opción de soltar su voz al mundo , tal y como puede hacerlo un artista ya consagrado con todos los medios a su alcance .
Existen bandas que recogen el sentir de toda una generación con afiladas letras de crítica social que no pasan de moda , aunque pasen los años ; que no pierden relevancia , ni un ápice del sentido con el que fueron creadas . Ahora , con el auge de las plataformas y de las redes sociales , estos mensajes que señalan la saturación de los mass media , su politización , y la pasividad y alienación de la sociedad cada vez más insatisfecha … calan más hondo en un sector que , por otra parte , es la principal afectada de los problemas que se generan tras la globalización y el neoliberalismo : paro , falta de oportunidades , descontento social , precariedad …
Rara es la época en la que , de una u otra manera , no oigamos hablar de las subculturas juveniles y de su inconformismo ; de sus actitudes y planteamientos de vida . Cualquier acontecimiento es adecuado para que en prensa aparezca aquello tan manido de las tribus urbanas , alimentando la polémica que siempre acompaña a los movimientos juveniles , a veces con fascinación , otras tantas con desprecio .
El movimiento punk , al grito de NO HAY FUTURO , supuso una revolución ya desde sus orígenes . En España , experimentó un auge importante en la década de los 80 y los 90 . Llevando por bandera el “ piensa por ti mismo ”, los jóvenes se agrupaban en función de su estética y sus gustos musicales , desafiando el orden establecido , buscando la provocación y la subversión no sólo en la música , sino también en la literatura , en los cómics , los fanzines …
Han pasado los años y el espíritu de este movimiento sigue vivo , si bien es cierto que ya no tienen tanto peso entre las nuevas generaciones . Las estéticas vigentes ya no son tan identitarias , las fronteras entre géneros musicales son cada vez más difíciles de establecer , y la cibercultura genera espacios donde afinidades estéticas , musicales y culturales se encuentran a pesar de las distancias …
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Si en el capítulo anterior de Burgos suena en morado ( Culdbura , n º 21 ) mencionábamos los micros abiertos como ese lugar que unía a nuestras protagonistas , en este nuevo capítulo , hablando del punk , hemos de referirnos a los locales de ensayo como principal punto de encuentro . Y es que estas bandas se encuentran en su mayoría fuera de los circuitos establecidos para hacer circular su música , buscando vías alternativas , organi-
Carteles de conciertos con “ ubicación desconocida