Pues estaba yo plácidamente dormido, cuando noté que alguien me daba golpecitos
en el hombro. Abrí los ojos. Era Antonio Resines.
“Despierta Lino. Todo ha sido un sueño…”
Yo le miré muy malhumorado y le dije: “Antonio, estás horrible con esa calva. Deberías
irte a Turquía a hacerte un tratamiento.”
ción.
Resines se pasó la mano por la cabeza y con cara de preocupación salió de la habita-
Yo creo que a Resines no le queda mal la calva. Pero se lo dije para fastidiarle. Quién
se cree que es él para despertarme…
“Un sueño, un sueño, un sueño…” Puñetera envidia que tiene la gente de que tú hayas
estado en la Luna y ellos no.
Lino Varela Cerviño
Jesús San Eustaquio