―¡De vergüenza! ―juzgó el escu-
chante, tomando la palabra―. Dicen las
malas lenguas que, actualmente, el femi-
nismo está empeñado en hallarle una solu-
ción al vocablo “mierda”, tan difícil de
desafectar del género que, según su dicta-
men, no le corresponde.
―En fin… ―suspiró el par.
―Respecto de lo que decía usted antes
―lo atajó enseguida su gemelo― de que el
progresismo aúna todos los ismos de carác-
ter social que implican a su entender evolu-
ción sobre lo establecido… he de reconocer
que no puedo estar más de acuerdo. De
hecho, el progresista lo es porque es femi-
nista, animalista, ecologista, etc., etc. al
mismo tiempo. Que, luego, a la hora de lle-
var a cabo los actos de propaganda y distin-
tas formas de acción directa, cada
movimiento o grupo esté especializado en
una de esas doctrinas, no quiere decir que
no estén dispuestos a movilizarse en favor
de todas las demás. Bueno, miento; por
ejemplo, no todes les animalistes son vega-
nes, aunque todes les veganes sean anima-
listes. O sea, la regla general de que todos
son de todo no se cumple cuando dentro de
una categoría principal se dan varias subca-
tegorías. Así, continuando con el ejemplo
anterior, dentro de les animalistes, están les
vegetarianes y les veganes. Vegetarianes y
veganes son animalistes, pero les vegetaria-
nes no son veganes.
―Sé lo que quiere usted decir, aunque
lo he visto un poco liado en su explicación.
―Debo reconocérselo, pero es que es
un asunto muy lioso. Acabarán volviéndonos
locos y, si no, al tiempo. La transformación
que pretenden del lenguaje, que, por desgra-
cia, dado el percal, conseguirán se institucio-
nalice más pronto que tarde, parece
conllevar esa intención. Estoy seguro de que
surtiría el mismo efecto que si se practicara
una lobotomía al conjunto de la población.
―¿Y lo lograrán antes de que la socie-
dad se descomponga? Mire usted que ya ha
empezado a desarreglarse, y eso suele en-
trañar una aceleración progresiva. Muy pocas
veces, mano dura civil mediante, se consigue
detener la descomposición a tiempo, y solo
manu militari, puede obtenerse un mayor nú-
mero de éxitos, nunca en todos los casos.
―Desde luego, el día que logren co-
rromper absolutamente el lenguaje habrá ya
poco que hacer. Dese usted cuenta de que,
actualmente, los carnívoros, vamos a etique-
tarnos con el nombre con que la progresía
vegana gusta de motejarnos… Aquí estaría-
mos incluidos todos los que el progresismo
en general llama machistas, conservadores,
retrógrados, fachas… Y habría ya poco que
hacer porque los carnívoros, todavía mayori-
tarios a estas fechas, creo yo, consentimos,
con total naturalidad, la existencia de cual-
quier tipo de facción progre, dejando hacer y
actuar, mientras que, por el contrario, la ac-
titud de los progresistas es cada vez más be-
ligerante hacia nosotros, por mucho que
alardeen, cómo no, de pacifistas; esto es,
contrarios a toda violencia; o sea, que no se
permiten otras armas, de boquilla al menos,
para alcanzar sus propósitos que la desobe-
diencia civil y la resistencia pasiva. ―Onoma-
topeyó un conato de carcajada, ja-ja―.
Porque no tengo yo muy claro que lo de las
activistas de Femen, cuando irrumpen con
las tetas al aire en los actos que intentan re-
ventar, se trate precisamente de semejante
resistencia. ―Carraspeó y se llevó la mano a
la garganta, masajeándose las cuerdas voca-
les con los dedos durante unos instantes―.
Lo que me extraña ―prosiguió con su parla-
mento― es que tales acciones no hayan pro-
vocado todavía entre nosotros, la carcundia,
al menos que yo sepa, el surgimiento de un
grupo Mascul cuyos activistas se dediquen a
que el lenguaje, tanto el oral como el es-
crito, tiene que ser inclusivo y no sexista
siempre, nombrando a ambos géneros,
sobre todo a la hora de hacer el plural, hom-
bres y mujeres, cocodrilos y cocodrilas, al-
bérchigos y manzanas, y en el colmo de la
magnanimidad, en atención a las personas
que no se sienten hombres ni mujeres, neu-
tro, con la utilización de la “e” en lugar de
las vocales “a” y “o”, indicadoras de los gé-
neros femenino y masculino respectiva-
mente, fórmula que también, sugieren,
podría servir para significar un plural univer-
sal.