culdbura nº 14 Culdbura nº 14 | Page 5

Victoriano Crémer, a diez años de la muerte en otras tierras de este burgalés Hace unos años, ya que me encontraba viviendo en Burgos desde los inicios del siglo presente, se me ocurrió elaborar un estudio sobre Victoriano Crémer Alonso (1907-2009), que había llevado un periplo contrario al mío: desde la Ciudad del Cid, pasando por Bilbao, había llegado a León, con apenas doce años, y se había establecido allí hasta su muerte. En los años treinta, tiempo de República, dedicado al oficio de la tipografía, Victoriano había colaborado asiduamente en la prensa anarquista, especialmente en Solidaridad Obrera de La Coruña, además de en otros órganos sindicales libertarios de Asturias, Canarias o Cata- luña, y en el Boletín del Ateneo Obrero Leonés. Fueron más de cien colaboraciones en las que despliega un vocabulario encendido y preciosista, y un compromiso por la libertad. Hay quien me insinúa que erré el tiro, pues si me hubiera dedicado a glosar la vida de personajes como Antonio José o Teresa León, seguramente hubiera tenido algún eco rese- ñable en la vida cultural burgalesa, pero con la elección hecha, no ha pasado de ser una anécdota bibliográfica en el día de su presentación en la Feria del Libro correspondiente. No importa. De aquello salió el libro Victoriano Crémer Alonso, en el anarquismo y otros caminos (2013), cuya información permanece y del que puede aprovecharse su contenido. Hace unos meses, para conmemorar el décimo aniversario de la muerte de Crémer, la amistad de Fernando Ortega Barriuso me hizo llegar un poema mecanografiado y firmado de Victoriano, con la indicación de que pudiera hacerse a partir de ello un articulico para Culdbura. El poeta se lo había enviado en su momento, pues Fernando amistaba con él y, entre otros efectos, fue el impulsor de ese librito tan entrañable que es Cualquier tiempo pasado… 1 , en el que Victoriano narra sus años augurales, los primeros diez, tiempo en el que vive en Burgos, en una calle del barrio fúnebre de La Vega. En ese decenio le ocurre todo: se encuentra con la libertad, el dolor, el amor, la desolación, la solidaridad, el laboreo, la contradicción. Ahí se asienta su escritura posterior, nacida de la necesidad de expresar lo que bulle en un superviviente. El poema mencionado lo titula El oficio de los ojos y dice así: Por vos seguí una ocasión llena de vanos antojos. El oficio de los ojos ha tomado el corazón. (Lope de Maldonado) 1 Burgos, Editorial Dossoles, 2003.