culdbura nº 14 Culdbura nº 14 | Page 39

Ahora nos topamos con una inscripción, solo a medias legibles, cuarteada por todos lados. Es una poesía en portugués, seguramente recordando que el proyecto europeo incluía a nuestros vecinos. El poema de Ruy Belo (1933-1978) suma al valor simbólico del árbol el del pájaro que lo habita: los pájaros comienzan donde los árboles acaban. Versos hermosos, profundos y sugerentes. Ruy Belo, poco conocido en España, se refugia en un pequeño pue- blo de la vieja Castilla mientras su poema se deshace poco a poco. ¡Viejos pinos olorosos que lloráis en la colina derramando lagrimones de resina! ¡Viejos pinos generosos, viejos pinos centenarios, venerables como monjes solitarios! Todavía en peores condiciones está otro poema de un escritor menor: Luis Fernández Ardavín (1892-1962), más conocido por sus obras de teatro y sus libretos de zarzuelas, escribió un poema titulado El llanto de los pi- nares del que se han extraído, y cambiado el orden, seis versos hoy casi ilegibles (solo se salva el nombre del autor) : Lo cierto es que el poema original, que suena a nuestros oídos anticuado y no dema- siado atractivo, se transfigura y recobra en este breve extracto su fuerza literaria y su evo- cación de tiempos pasados.