que atesoraban el recuerdo de los gauchos, los cowboys de poncho y lengua española… cru-
zarlas sobre dos ruedas seguro que fue buena escuela para cultivar adentro la libertad más
elemental. Y para mirar lejos. Punto de partida de su pensamiento, tan apasionado por “la
aventura del hombre arriba de la tierra”.
En los ojos de José Mujica se aprende a mirar los sembrados, el huerto, al viejo vecino,
y todo el valor callado que guardan.
Alberto de Miguel Pliego
Jesús San Eustaquio