culdbura nº 14 Culdbura nº 14 | Page 103

2 sonetos Feliz el árbol ya que apenas siente, y más feliz aún la piedra dura, pues el dolor agudo el rostro muda, y causa pesar la vida consciente. Nada sabemos, sin rumbo aparente vamos, tememos nuestra bien segura muerte, el futuro ignoto nos tortura, el placer que se quiebra de repente. La carne tienta con dulces racimos, la tumba espera con fúnebres ramos, por la vida y por sus sombras sufrimos. Nunca hemos sabido adónde vamos, no hemos sabido de dónde venimos, ni lo que somos por más que pensamos. El infinito (Homenaje a Giacomo Leopardi Lo fatal (Homenaje a Rubén Darío) Siempre querido me fue este collado, desde el que atisbo el plácido paisaje, matizado por un suave celaje, que macera mi corazón cansado. En sus silencios me siento enervado, hundido en la quietud de sus parajes, que me transmiten secretos mensajes, en cuyas músicas quedo varado. En los recuerdos pienso y en la muerte, en el tiempo con el ánimo contrito, en el presente sujeto a la suerte. Todo se desvanece como un grito, y aunque ante este vacío me hago el fuerte, me anego en su océano infinito. Enrique Angulo Moya