Revista Colombiana de Enfermería • Volumen 7 Año 7 • Págs. 151-160
respuesta para un proyecto de vida, etc.; a nivel
sexual se pueden identificar cambios que conducen
al desarrollo y maduración de los órganos sexuales,
se logra la madurez genital y la aparición de los
caracteres sexuales secundarios como crecimiento
de mamas, crecimiento de vello en la cara, etc.(5).
A nivel biológico, en una investigación neurocientífica reciente se descubrió que en la adolescencia
temprana se inicia el desarrollo del lóbulo frontal
en el cerebro (6), encargado de funciones que se
relacionan con la planificación, la coordinación, el
control y ejecución de conductas, y de esta manera,
es el encargado de intervenir con el control de
los impulsos, la memoria funcional, el juicio, el
comportamiento sexual, la socialización y la
espontaneidad entre otras. Es indiscutible entonces,
la importancia para el individuo el lograr durante
esta etapa un adecuado desarrollo.
Se considera que a nivel mundial existen aproximadamente mil trescientos millones de adolescentes,
es decir, que una de cada cinco personas está entre
los 10 y 19 años de edad (7) y que de este grupo,
alrededor de quinientos quince millones son niñas.
Teniendo en cuenta estos informes, el Fondo de
las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF),
plantea la necesidad de buscar un manejo
adecuado frente a las situaciones que generan dificultad o riesgo para este grupo etario y afirmó
que es trascendental invertir en los adolescentes
ya que considera que esta es la manera más efectiva para el progreso mundial (8).
Por otro lado, dentro de los problemas más relevantes que se presentan en la adolescencia, se
puede mencionar el embarazo, considerado actualmente como un problema de salud pública a nivel
mundial. Esta situación se asocia con varios
factores como la cultura, religión, etnia, acceso a
la educación, servicios de salud y sitio de residencia
(rural o urbana) (8). Uno de los factores predisponentes para el embarazo en la adolescencia es el
inicio temprano de la vida sexual, siendo la región
de América Latina y el Caribe un área donde se
estima que aproximadamente el 22% de las niñas
inician su vida sexual antes de cumplir los quince
años (9); en Colombia, según un estudio realizado por la facultad de medicina de la Universidad
Nacional, el promedio de inicio de la actividad
sexual en las colombianas es de 13,8 años (10).
Se calcula que aproximadamente quince millones de
adolescentes dan a luz cada año en el mundo, es decir,
que son responsables del 10% de todos los partos a
nivel mundial, cifra que aumenta en los países en vía
de desarrollo, ya que se estima que en estos países los
partos en adolescentes corresponde al 17% (11).
El embarazo en las adolescentes trae tácita la aparición de otros problemas debido a que generalmente
son madres solteras, de hogares disfuncionales y
sin apoyo social ni económico (12); esta condición
afecta a las adolescentes porque la mayoría ven
limitados sus proyectos de vida, ya que generalmente se ven obligadas a abandonar sus estudios,
hecho que lleva a menor preparación para competir
laboralmente y por ende, disminución en los
ingresos económicos lo que afecta su calidad de
vida y la del hijo por nacer (13, 14).
El embarazo tiene un impacto psicológico, social y
cultural en cualquier edad, pero este es mayor en
las adolescentes, inclusive se habla del “síndrome
de las embarazadas adolescentes” que comprende
fracaso en los siguientes aspectos: adquisición de
independencia, logro de la propia identidad, continuación de sus estudios, preparación para la vida
adulta, constitución de una familia estable y manutención de sí misma (15).
En cuanto a consecuencias del embarazo, se identifica
que, a nivel social como imaginario, las adolescentes
embarazadas sufren de discriminación y vergüenza
social (16), pero tal vez la consecuencia más grave se
relaciona con la muerte de estas jóvenes madres y la
de sus hijos. En la adolescente la muerte es ocasionada por las complicaciones durante el embarazo, y
en el niño la alta mortalidad durante el primer año
de vida se vincula con la falta de preparación de la
madre para suplir sus necesidades (13).
La situación de embarazos en adolescentes en
Colombia no es diferente a la situación mundial;
si bien la tasa de fecundidad de las adolescentes
ha descendido, la conducta reproductiva de este
grupo constituye gran preocupación, observándose el siguiente panorama descrito en la Encuesta
Nacional de Demografía y Salud (ENDS) de 2010:
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