La cueva y los desaparecidos
Había una vez un detective llamado Juan. Él era muy reconocido por todo el mundo, resolvió varios casos, uno de ellos era extraño y complejo y es del que hoy vamos hablar. Ese caso se llamó “La cueva y los desaparecidos”.
“Yo andaba resolviendo un caso en Haití solo, había desaparecido Pedro, mi fiel compañero junto con sus cuatro amigos Pablo, Enzo, Martín y Diego. Según lo contado ellos se fueron de excursión por dos horas, a una cueva profunda, húmeda, con ratas y murciélagos. La policía había ido a ese lugar y, según los pueblerinos, muchos de ellos entraron, pero nunca salieron.
Bueno, a entrar a la aventura. Había estado dos horas ya, pero sin encontrar nada, ni un rastro. Cuando empecé a avanzar más logré encontrar algo, era una mochila con provisiones. Luego seguí mucho más y encontré las otras cuatro mochilas, ya que estaba oscureciendo tuve que salir, no estaba muy lejos de la entrada de la cueva, monté un campamento en frente de ella y dormí.
Al día siguiente entré otra vez, seguí mucho más que el día anterior y encontré otras mochilas, pero estas no eran de esa época, eran de hacía cinco años. Luego vi dardos, tenían veneno para hacer dormir. Después vi una luz, era mi archienemigo Alfredo, él sabía quién era Pedro, vi un rastro de sangre así que tomé un paño y lo pasé por la sangre para analizar más tarde.
Eran las tres de la tarde, habían pasado cuatro horas, seguí más adentro, había una mesa con cuchillos y sangre y luego vi a Pedro, me dijo que sus amigos estaban muertos, pero él solo estaba muy lastimado, sus piernas y brazos rotos. Quince minutos más tarde falleció, estaba envenenado.
Luego escuché un ruido, era Alfredo, lo perseguí, lo atrape
Fin