Cerca de un frondoso bosque vivía un pobre leñador con su mujer y sus dos hijos, Hansel y Grettel. Apenas tenían que comer, el leñador no podía casi ni ganas el pan de cada día.
Una noche, el leñador preguntó a su esposa qué podían hacer, no les quedaba ya nada. A lo que ésta, que era la madrastra de los dos pequeños, le respondió que al dia siguiente, llevara a los niños a lo mas profundo del bosque, y allí, con un fuego encendido y un poco de pan, los abandonase. Los niños, que casi no dormían por el hambre, lo escucharon todo, y preocupados, Hansel ideó un plan.
A la mañana siguiente fueron los 4 al bosque, mientras Hansel echaba disimuladamente migas de pan por todo el camino desde su casa hasta el bosque.
Una vez en el bosque, encendieron una hoguera y los padres les dijeron que se quedasen junto al fuego mientras ellos iban a recoger más leña, y que enseguida volverían a por ellos.
Los dos hermanitos se sentaron junto al fuego, creyendo que sus padres estaban cerca pues oían el golpe de un hacha contra los arboles, pero en realidad era un hacha colgando que su padre había atado. Al cabo del tiempo, los dos hermanos se quedaron dormidos.
Cuando se despertaron, ya era de noche, y no podían ver nada, asique esperaron a que saliera la luna para poder ver las migas de pan, pero por mucha luz que diese la luna, no las verían, pues los pajarillos se las habían comido.
Caminaron durante toda la noche, pero no encontraron el camino de vuelta. Al día siguiente, caminaron horas y horas y tampoco encontraron el camino.
Se encontraron con un pajarito blanco muy bonito, y se quedaron un rato mirandole, el pajarito emprendió el vuelo, y los niños lo siguieron.
El pajarito se posó sobre una casita, una casita hecha de dulce, cubierta con chocolate y ventanas de azucar.
Los hermanos fuero corriendo a comer algo de esa casita de dulces. Tan agusto estaban comiendo, cuando derrepente salió una ancianita de dentro de la casa.
-" Hola niños, pasad, no os voy ha hacer daño, teng pasteles y regaliz de todos los sabores para vosotros- les atrajo la anciana.
La ancianita les dio todo lo que ellos querían de comer, y después les enseño y par de camas donde podían descansar, y a las que fueron los niños rápidamente.
Al día siguiente, Hansel se encontró encerrado en una jaula, y Grettel trabajando para la anciana, quien en realidad, era una vieja bruja, que no veia mucho pero que tenia mucho olfato para los niños, quienes le encantaban bien gorditos para comérselos mejor.
Todos los días la bruja iba a ver a Hansel para ver si toda la comida que le daba le habia puesto bien sabroso, pero como no veia, le decia que le diese su dedo, y éste, en vez de darle realmente uno de sus dedos, le daba un hueso, para que la bruja pensase que estaba muy delgado y no se lo comiese.
Un día, harta ya la bruja de esperar a que el niño engordase, decidió comerselo.
Comenzó a calentar el horno para cocinar a Hansel, además de para cocinar un poco de pan.
La bruja, decidió comerse también a Grettel, ya que creía que su hermano no estaba lo suficientemente gordo, e hizo a la niña acercarse al horno para comprobar la temperatura, con la intención de cerrar la puerta tras ella. Pero Grettel descubrió sus intenciones, y haciendose la tonta, consiguió que fuese la bruja quien se acercase al horno, y con un pequeño empujón, la metió dentro y encerró.
Una vez a salvo de la achicharrada bruja, Grettel fue a liberar a su hermano y juntos volvieron a su casa con las joyas que tenía la bruja escondidas, no teniendo que preocuparse así más por el dinero o pasar hambre. Además su madrastra murió de hambre, quedando los dos hijos y el padre que tanto les había echado de menos.
HANSEL Y GRETTEL