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Cuentos de los Herm anos Grimm EDITORIAL DIG ITAL - IMPRENTA NAC IONAL costa rica Las Tres Hojas de la Serpiente Vivía una vez un hombre tan pobre, que pasaba apuros para alimentar a su único hijo. Díjole entonces éste: -Padre mío, estáis muy necesitado y soy una carga para vos. Mejor será que me marche a buscar el modo de ganarme el pan. Dióle el padre su bendición y se despidió de él con honda tristeza. Sucedió que por aquellos días el Rey sostenía una guerra con un imperio muy poderoso. El joven se alistó en su ejército y partió para la guerra. Apenas había llegado al campo de batalla, se trabó un combate. El peligro era grande y llovían muchas balas; el mozo veía caer a sus camaradas de todos lados y al sucumbir también el general, los demás se dispusieron a emprender la fuga. Adelantóse él entonces, los animó diciendo:  -¡No vamos a permitir que se hunda nuestra patria! Seguido de los demás, lanzóse a la pelea y derrotó al enemigo. Al saber el Rey que sólo a él le debía la victoria, ascendiólo por encima de todos, dióle grandes tesoros y lo nombró el primero del reino. Tenía el monarca una hija hermosísima, pero muy caprichosa. Había hecho voto de no aceptar a nadie por marido y señor, que no prometiese antes solemnemente que en caso de morir ella, se haría enterrar vivo en su misma sepultura: -Si de verdad me ama -decía la princesa-, ¿para qué querrá seguir viviendo? Por su parte, ella se comprometía a hacer lo mismo si moría antes el marido. Hasta aquel momento, el singularísimo voto había ahuyentado a todos los pretendientes; pero su hermosura impresionó en tal grado al joven, que, sin pensarlo un instante, la pidió a su padre. 211