cuentos europeos infantiles cuentos europeos infantiles | Page 28

ladrones a punto de darse un gran festín de comida y con el hambre que tenían decidieron que tenían que hacer algo para echar de la casa a los ladrones. El asno se colocó junto a la ventana, el perro se subió encima del asno, el gato encima del perro y el gallo encima de la cabeza del gato. Así, unos encima de otros, empezaron a rebuznar, ladrar, maullar y cantar con toda su alma. Rompieron incluso la ventana y armaron tal estruendo que los ladrones huyeron creyendo que se trataba de algún fantasma. Los animales cenaron hasta que ya no pudieron más y se echaron a dormir. El asno eligió el estiércol, el perro se fue detrás de la puerta, el gato prefirió las cenizas del hogar y el gallo se puso encima de una viga. A media noche uno de los ladrones, viendo a lo lejos que la casa parecía en calma se armó de valor y decidió volver. Los músicos de BremenPero cuando llegó la casa estaba a oscuras, confundió los ojos del gato con las brasas del hogar, acercó una cerilla y el gato le arañó la cara, fue hacia la puerta y le mordió el perro en la pierna, salió corriendo fuera de la casa, pisó el estercolero y el asno le dio una coz y justo en ese momento el gallo empezó a cantar desde la viga ¡¡Kirikíi!! El ladrón corrió todo lo rápido que pudieron sus pies y cuando llegó le contó a sus compañeros: - ¡En la casa hay una bruja que me ha arañado la cara, detrás de la puerta un hombre con un cuchillo que me lo ha clavado en la pierna, y fuera un monstruo que me ha golpeado con un terrible mazo!! Y encima del tejado un juez que gritaba ¡Traedme el ladrón aquí! Tras esto a los ladrones ni se les ocurrió volver a pisar esa casa y los músicos de Bremen todavía siguen allí. 28