Era un día más en la vida de Pablo, otro despestar, pero lo mismo que todos los días: Su mundo de sueños no era real. Pablo se fué a bañar y luego bajo a desayunar, el desayuno: Granola y unas cuantas frutas que Pablo odiaba, una vez mas: no habían dulces.
Cuando Pablo llegó al colegio lo atacaron miles de números, letras, tareas, regaños.