Cuento Hansel y Gretel hansel y gretel pdf compaginar sin popup | Page 34

Hansel y Gretel -¡Levántate, haragana!; anda a buscar agua y prepara algo bueno para tu hermano; está ence- rrado en el establo y es necesario que engorde. Cuando esté gordo, lo comeré. Gretel se puso a llorar amargamente pero tuvo que hacer lo que la bruja le ordenaba. Entonces se prepa- raron para el pobre Hansel los mejores platos y para Gretel sólo quedaban las caparazones de los cangrejos. Todas las mañanas la vieja se arrastraba al pequeño establo y gritaba: -¡Hansel, muéstrame los dedos para ver si engordas! 34 Hansel y Gretel Pero Hansel le tendía un huesito y la vie- ja, que tenía la vista defectuosa y no podía distinguirlo, creía que era uno de los dedos de Hansel y se asombraba de que no en- gordara. Pasadas cuatro semanas sin que Hansel en- gordara, la impaciencia la desbordó y no quiso esperar más. -¡Gretel! -gritó a la niñita-. ¡Apúrate y trae agua! Gordo o flaco mañana mataré a Hansel y lo cocinaré. 35