A bordo del Queen Mary , 5 de octubre de 1958
De hayarse inclinada al descanso se habría quedado dormida al cabo de poco , pero ni el mayor de los cansancios la hubiera incitado al sueño . Se cubrió los hombros con un chal y salió a cubierta . Regresó enseguida , temiendo por las niñas . En el pasillo tropezó con Rachel Morrison , que venía de escapada a preguntar si todo iba bien y a agradecerle que cuidara también de su hija aquella noche . La niñera la saludó con un hipócrita mohín . No le agradaba especialmente , aunque no podía tenerle inquina alguna . Su hija Rosemary era de la misma edad que las gemelas y se pegaba a las niñas como la tinta al papel . Previsible era pues que le acabaran encomendando la tarea de ocuparse a ratos de la tercera niña . No obstante , lo de tener que cargar con ella durante toda una noche era para ser considerado un abuso de confianza por parte de Mr . Wilkins .
La cena de despedida iba a ser larga y la compañía de los Morrison se hacía imprescindible para Harold Wilkins : por un lado , Rachel se entendía bien con Bárbara , que tras el incidente de la mañana se mostraba insoportable ; por otro , Bruce Morrison irradiaba energía de movimiento , esa clase de voluntad que no conoce impedimentos y atrapa al más pintado . Harold congeniaba con su frescura y con la forma en la que visionaba los acontecimientos futuros , siempre con la barbilla en alza .