cuatro-reinas-teaser | Page 11

noche . Suerte la de su madre , que podía descansar tranquila mientras ella acumulaba ojeras .
Voces alegres provenientes de la zona de proa la hicieron detenerse al momento . Tal vez la popa , por lo general menos admirada , era mejor lugar para que un desvelado probara a tentar a Morfeo . Dando media vuelta , con las niñas aferradas cada una de una mano , echó a andar tan deprisa como les permitían sus menudos pasos , recorriendo la longitud del trasatlántico con la urgencia que brinda la última oportunidad . Se detuvo en seco al percibir parte de una conversación , sobreviniéndole inmediatamente un sofoco con resabio a placer malogrado : su Andrew no estaba solo . Desde la protección que le brindaba un parapeto podía distinguirlo hablando con aquel tipo alto y grotesco que metía las narices en todos lados , de cabeza grande como un buey y ojos frondosos , tan negros como los suyos propios . Había algo en él de intimidante a la par que , confesaba , llamativo ; si bien ella se decantaba por la gentil belleza de su oponente , de rasgos casi mujeriles y mirar encontradizo .
Charlaban mirando a la noche , contemplando el negro vacío que solo la luna rasgaba . Pareciera que hablaran amistosamente , aunque la calma vino a romperse de improviso en forma de discusión . La niñera avanzó hacia ellos cuando las voces amenazaron con alcanzar registros violentos . Las luces de cubierta la iluminaron envolviéndola en un aura refulgente , cual mariana aparición . Ambos individuos enmudecieron en el acto . A uno de ellos le desagradó en gran mesura la intrusión de la niñera de los Wilkins , al otro simplemente le dio vergüenza .
Cabeza de Buey arremetió verbalmente contra la mujer , increpándola . La niñera abrió mucho los ojos impresionada , sin comprender el motivo de aquel repentino ataque . Cuando las palabras se tornaron movimiento , Andrew Anderson quiso frenarlo tomándolo fuertemente de un brazo . Pero Cabeza de
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