ORIGINALES:
Salud y Ambiente
enfermedades causadas por la contaminación del
aire. En Junio, Julio y Agosto son los meses de
los resfríos y las gripes, causados por virus como
la influenza, el respiratorio sincicial y el adenovi-
rus, y las muertes se concentran en los pobres,
los desamparados y los sin casa. No es raro que
las comunas más contaminadas y con peor calidad
del aire sean Pudahuel y Cerro Navia.
En los meses más fríos ocurren los sistemas
frontales con lluvias intensas y nieves que con
cada año más frecuentes. Los cálculos mundiales
muestran que las pérdidas debido a la menor pro-
ductividad alcanza hasta el 1,9% de la riqueza de
los países afectados. Y pocos parecen encontrar
lo obvio en sus análisis: la gente enferma o muer-
ta no puede contribuir a la economía. Un primer
paso será ubicar el tema de la contaminación del
aire entre los prioritarios de la agenda guberna-
mental y legislativa. Aún hay mucho que mejorar
y perfeccionar, en especial en materia de normas y
estándares. Las respuestas a los serios problemas
de contaminación del aire no son las pre-emer-
gencias y emergencias ambientales, o el cese de
actividades o las restricciones vehiculares.
Otra cuestión crucial es conocer a la brevedad
los efectos de la contaminación del aire sobre la
fertilidad de la pareja chilena. Sus efectos en la
calidad del semen, estudiar si en mujeres fértiles
reduce la tasa de fertilidad y aumenta el riesgo de
aborto espontáneo. En el caso de mujeres que re-
curren a técnicas de fecundación in vitro (FIV),
conocer cómo les impacta el aire contaminado de
Santiago, si les reduce el número de nacimientos
y si les provoca más abortos espontáneos. Sería
deseable que este tipo de investigaciones se ini-
cien pronto para toda la población entre 18 y 40
años de las seis ciudades más contaminadas de
Chile: Coyhaique, Temuco, Andacollo, Rancagua
y Padre de las Casas y la Región Metropolitana.
Se requiere, asimismo, iniciar campañas masi-
vas de apoyo a la gestión ambiental participativa,
diseñadas en colaboración con todos los actores
sociales y bien financiadas para atender el control
y prevención de la contaminación como prioridad
nacional. Se tiene que combatir la contaminación
del aire de la misma forma que hemos luchado
contra la pobreza y las enfermedades. La buena
noticia es que se puede solucionar, la mala es el
enorme costo.
Por último, no podemos dejar de mencionar
un asunto que en nuestro país es urgente revi-
sar a fondo: la frágil institucionalidad y la inefi-
caz legislación ambiental. Ante la ausencia de
una política nacional ambiental que las sustente,
disponibles en el mercado mundial tenemos que
aplicar medidas concretas de mitigación, seguidas
de programas de adaptación que nos aseguren
una transición energética que vaya gradualmen-
te dejando atrás el consumo de los combustibles
fósiles. Esta es la única vía segura para combatir
el cambio climático y sería recomendable tratarlo
en conjunto particularmente con las políticas de
salud, medioambiente y desarrollo sostenible. De
aquí en adelante, no habrá espacio para la desidia
o la inacción, tampoco para aceptar declaraciones
destempladas de los grandes intereses de la indus-
tria de los combustibles fósiles y los agro-nego-
cios que apoyan a políticos apáticos u opuestos
a la acción climática. Es preciso desenmascarar a
los políticos irresponsables, corruptos e inescru-
pulosos (Lane, 2016).
El sistema económico lineal que se viene apli-
cando en nuestro país (extracción, fabricación,
utilización y eliminación) ya no es el adecuado,
alcanzó su fin. Hoy la prioridad es fomentar un
sistema económico más verde, más circular, con
mínimas emisiones, menos residuos y más recicla-
je. Tenemos que adaptarnos al cambio climático
incorporando los elementos de la economía ver-
de, economía digital, transición energética, inteli-
gencia artificial, genómica y robótica (Acaravci y
Ozturk, 2010; Chang y Carballo, 2011).
Una meta digna de aquí al año 2035 sería el uso
exclusivo de vehículos eléctricos para la moviliza-
ción colectiva y particulares en el centro urbano
de la Región Metropolitana. Para conseguirlo, se-
ría apropiado conceder incentivos, por ejemplo,
permitiendo importaciones masivas de vehículos
eléctricos sin aranceles, reduciendo o incluso anu-
lando los cobros de estacionamiento a las perso-
nas que cambien sus autos de combustión. Estas
acciones inmediatas por sus efectos prácticos,
serían un tipo de inversiones con efecto multi-
plicador para combatir la contaminación del aire
y emisión de CO 2 . Serían complementarias a las
que se hacen en el campo del saneamiento, la sa-
lud y recintos hospitalarios. Contribuirían directa-
mente a mejorar la calidad del aire en Santiago y
la salud de sus habitantes.
5.2 Contaminación del aire
No se puede buscar soluciones a la contamina-
ción del aire en Chile sin vincular salud, medioam-
biente y justicia social. Es quizás ésta una de las
razones por la cual no se han obtenido progresos
significativos en las últimas décadas. Los datos lo
demuestran. Casi el 90% de las muertes relacio-
nadas con la contaminación en Santiago son las
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Cuad Méd Soc (Chile) 2019, 59 (1): 7-16