o moderados de contaminación la exposición a
PM2,5 y al ozono durante todo el período de ges-
tación tenía una correlación con pérdidas (Sandie
et al, 2018).
Se ha confirmado también que la contamina-
ción del aire está causando infertilidad en un nú-
mero significativo de parejas (Carré et al, 2017).
Se observaron 6.500 hombres (son más accesibles
para este tipo de investigaciones) que viven en
Taiwán y se encontró que a mayor contaminación
disminuía la calidad del semen. El estudio mos-
tró que por cada aumento de Mg/m 3 en PM2,5,
subía un 26% el riesgo de encontrarse en el 10%
inferior del tamaño y forma normales de los es-
permatozoides. El efecto se encontró cuando el
conteo de PM era mayor a 25Mg/m 3 . Tampoco
se han encontrado resultados de investigaciones
similares en Chile. Sin embargo, es muy preocu-
pante esta ausencia de estudios y datos ya que en
Santiago las partículas PM2,5 en días normales
son mayores a 166Mg/m 3 en El Bosque, 124Mg/
m 3 en Independencia, 126Mg/m 3 en Cerrillos,
149Mg/m 3 en Cerro Navia, 136Mg/m 3 en
Pudahuel, 111Mg/m 3 en Las Condes, y 126Mg/
m 3 en Quilicura.
razón. Pero hay que reconocer que para las auto-
ridades esa no puede ser la vía hacia el desarrollo
sostenible ni tampoco una disyuntiva moralmente
aceptable. No se puede pretender salir del subde-
sarrollo con zonas de sacrificio ambiental, en las
cuales las personas de ingresos bajos estén con-
signadas a sobrevivir respirando aire altamente
contaminado.
La contaminación es también una batalla contra
ideas equivocadas o lugares comunes. Por ejem-
plo, “la contaminación acumulada sí nos afecta,
pero es el peaje obligatorio a la prosperidad”. Una
mentira perversa a la cual se acude permanente-
mente. Países ricos, como EE UU, llevan cinco
décadas luchando contra la contaminación mien-
tras su PIB crecía un 250%. En Chile se hacen
muy pocas inversiones para la protección de la sa-
lud y el medioambiente, nada comparable con lo
que se requiere. Las enormes pérdidas económi-
cas que provoca la contaminación pasan en mu-
chas ocasiones inadvertidas porque no se asocian
con el problema. Y están ahí. Por ejemplo, en las
naciones desarrolladas, la contaminación repre-
sentaba en 2015 unos 53.000 millones de dólares
en horas laborales perdidas por diversas enferme-
dades. ¿Cuánto es en Chile?
4.2 Circulo vicioso de la contaminación
Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), la contaminación es responsable del 16%
de todas las muertes del planeta. Más que el sida,
tuberculosis y malaria. Provoca cuatro veces más
muertes que estas tres enfermedades juntas: nueve
millones al año, casi tantas como todos los cánce-
res. El aire que inspiran nueve de cada diez huma-
nos está contaminado. Los datos, que se acaban
de publicar, son muy similares a los del anterior
informe de contaminación del aire de 2016. En
estos dos últimos años no ha habido progresos
significativos. (WHO/OMS, 2017).
De acuerdo a “La Cuenta Regresiva de El
Lancet” (Watts, 2017) cada dólar invertido en
EEUU para combatir la contaminación genera 30
dólares de beneficios. Desde 1970 se han desti-
nado 65.000 millones de dólares a este empeño y
han regresado 1,5 billones. El problema es quién
soporta los costos y quién recibe los beneficios.
En el fondo se trata de un problema grave de ética
y moral (Lane, 2016). Si se cierra una empresa o
si se rechaza un Proyecto Minero porque es muy
contaminante, muchas veces la población local re-
acciona protestando por la falta de empleos. No
reconocen los beneficios de la disminución de la
contaminación. Para muchos es preferible trabajar
y tener qué comer, que respirar aire puro. Y tienen
Hurtubia J.
5. CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS
PARA LA ACCIÓN
5.1. Cambio climático
Si en el corto plazo no reducimos nuestras
emisiones de CO 2 contribuiremos irresponsable-
mente a que en el planeta el calentamiento supe-
re el límite de los 2,0°C en algún momento entre
2030 y 2052, y ese sería el comienzo del desastre.
Contamos con un pronóstico muy juicioso de par-
te del IPCC sobre la gravedad de la situación. Si
no lo conseguimos, sería el peor fracaso de nues-
tra civilización. Ese es el mensaje profundo de
los informes del IPCC y de El Lancet. Tenemos
los instrumentos y contamos con el impulso que
nos da el conocimiento científico. Lo que nos fal-
ta es la voluntad política para pasar a la acción
inmediata
Sin duda, el cambio climático es uno de los
problemas más grave que jamás se haya presen-
tado a la humanidad. Queda muy poco tiempo
para asumir las medidas que deben aplicarse tanto
para frenarlo como para mitigar sus efectos. Por
tal razón es imprescindible aplicar de inmedia-
to medidas correctivas de adaptación dirigidas a
descarbonizar nuestra economía de aquí al año
2030. Es lo más importante. Con las tecnologías
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