Cuadernillo Kinetoscopio 2014 - I | Page 32

el alivio que le llega a los soldados cuando, en el campo de batalla, reciben cartas de los seres amados que no volverán a ver jamás. En esta película están todos los actores que Philip Seymour Hoffman fue y todos los que pudo haber sido. Lo vemos por primera vez en su mediana edad, tal y como lo conocimos, y lo acompañamos en la decadencia natural implícita en el devenir de la vida: enfermedad, soledad, amor, vejez, tristeza, sexo, muerte. Su personaje es Caden Cotard, un dramaturgo que parece atrapado en el río del tiempo del mismo modo en que los insectos ensartados en alfileres están atrapados en vitrinas. Nada más fíjense en los detalles ocultos de las secuencias, por ejemplo la inicial, donde las fechas del día cambian de modo arbitrario así que Cotard despierta un 22 de septiembre –inicio del otoño, inicio del fin- y para cuando está tomando café y leyendo el periódico, es 2 de noviembre. ¿Adonde se han ido los días?, ¿Cómo ha pasado el tiempo sin darnos cuenta?, ¿Existe algún ser humano que no se haya hecho antes estas preguntas?. Charlie Kaufman escribe películas grandiosas ubicadas casi siempre en un escenario ínfimo: la bóveda craneal. En ¿Quieres ser John Malkovich? (Being John Malkovich, 1999) un pasadizo secreto conduce a la mente de un famoso actor y en Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, 2004) los personajes principales se someten a un procedimiento que les borra la memoria de manera selectiva. Synecdoche, New York es la primera película que Kaufman dirige. Lo que logra es una rareza de 124 minutos que hoy definitivamente y sin que Kaufman tuviera esta intención, es el testamento de un gran actor. La empresa en la que se empeña Caden Cotard después de recibir una cuantiosa beca, es la de reproducir con exactitud milimétrica su propia vida. A través del arte penetra su pasado y revive su presente, contratando actores que lo interpretan a él, a su familia, a sus amigos, a los desconocidos que se topa por la calle, a los desconocidos que se topan con otros desconocidos, etcétera. Y esta labor