CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 141
En los hombres fuimos a buscar nuestros últimos cigarrillos para darlos a los
soldados. Los chicos subieron a los vehículos para caminar un pedazo.
Todos estaban fuera de sí de alegría. Los últimos vehículos vinieron a parar poco
tiempo delante de nosotros y conversamos unos cinco minutos con los soldados.
De repente cayó un tiro desde lo alto de la torre de agua. Era probablemente la
señal convenida para un tiroteo general.
Abrieron un fuego intenso de la torre de agua, del edificio del tribunal, del
antiguo edificio de la policía y del jardín del internado, con ametralladoras,
pistolas automáticas y fusiles.
Los francotiradores dispararon sobre los soldados alemanes y sobre las mujeres
y los menore. Hubo un terrible tumulto. Los hijos gritaron por las madres, las
mujeres por los maridos.
Se oía, de imprevisión, los gemidos de los heridos y los gritos de socorro. Los
soldados alemanes respondieron al fuego por bastante tiempo; pero tuvieron
que seguir adelante para no perder de vista la vanguardia.
El domingo, por la tarde, todavía se encontraron algunos cadáveres en la calle.
Sólo pudimos quitar a aquellos que se encontraban en la proximidad de un lugar
seguro, pues, quien aparecía en la calle, era apuntado. Ni el personal del servicio
sanitario era respetado; uno de ellos murió.
Según yo supe después, fueron muertos 20 civiles y heridos gravemente dos.
Quien sufrió más, fue la familia del cerrajero Niemitz. La mujer de él quedó
horriblemente mutilada, un hijo adulto y una hija de seis años de edad también
murieron. Se dice que el cerrajero Nimitz se encuentra gravemente herido.
Los autores de esta carnicería deben ser buscados entre los civiles de Pless y los
alrededores. Se trata de rebeldes que habían sido armados, ya en el verano y
antes de la movilización, por las autoridades polacas.
Había sido encargados de quedarse en la ciudad cuando los soldados polacos
abandonaran el lugar, y de disparar emboscados sobre las tropas alemanas.
Fueron, sobre todo, atletas polacos que, instigados por sus profesores, buscaron
ser distinguidos.