CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA crimenes_polacos | Page 63

a Gorolska, que golpeó varias veces en Frau Reinhold hasta que ésta c ayó al suelo. Goralska le cogió de espaldas en los cabellos, gritando Frau Reinhold terriblemente. Goralska también le dio patadas. Ella maltrató a Frau Reinhold de una manera tal que los hombres de la banda se pusieron entre ella y su víctima; porque ella habría asesinado a Frau Reinhold.
El testigo declara más: Antes del incidente antes mencionado, Goralska había contado a varias mujeres, sus conocidas, que el popular alemán Rapp había muerto a tiros al socio polaco Ulatowski( pero Ulatowski todavia vive), que los Rapps habían sido resos y que ella había tenido la satisfacción de ver caer los Rapps, que habían sido fusilados: el viejo, el hijo y sus mujeres. Goralska le contó con espuma en los labios, y añadió que aquel día ya había denunciado a muchos alemanes.
Fuente: Sd. K. Ls. Bromberg 88 / 39.
32. " MUERO POR MI PATRIA ". Homicidio de Belitzer. Conforme a las averiguaciones expuestas en la sentencia, el testigo Lassa depuso: El lunes, día 4 de septiembre de 1939, a las 7:30 de la mañana, apareció, en el terreno de su vecino Lassa, el padre del sirviente Max Ejnkowski, con siete soldados polacos. El padre de Ejankowski, cuyo paradero actualmente no se conoce, decl a ró a los soldados, apuntando a Lassa: " Este es un Hitler, pueden matarlo ya ". Al mismo tiempo dio, con el puño, en el rostro de Lassa. Cuando la mujer del Lassa que tenía miedo de la suerte de su marido, afirmó a los soldados que su marido era inocente, el padre del Ejankowski exclamó: " Cal la tu boca, ha llegado el turno de todos ". Después los soldados condujeron el Lassa del patio trasero a la calle.
En la calle se hallaba una horda de bandidos polacos, entre ellos Max Ejankows ki. Él llamó la atención de los soldados, que conducían a Lassa, al popular alemán Bruno Belitzer, un acoso de 65 años de edad que vive al otro lado de la calle, diciéndoles: " Alla del otro vive un Hitler que se pueden llevar también ". Además, Max Ejankowski y su padre declararon a los soldados que Belitzer y Lassa habían disparado s obre l os polacos. Después fueron los dos con dos soldados polacos la casa de Belitzer, trayéndolo y conduciéndolo junto con Lassa al puesto, donde los dos tuvieron que colocarse, de brazos erguidos, contra la pared. En el suelo había muchos alemanes muertos. Después de unos 5 minutos a la pared, un soldado ordenó a Belitzer repetir una sentencia en polaco. Como Belton no sabía hablar la lengua polaca, estaba seguro de que sería asesinado. Él dijo, por eso, a Lassa: " Adiós, Josef.
Voy a morir, pero. MUERO POR MI PATRIA ", a lo que el soldado gritó:" ¿ qué esta diciendo todavía, tu maldito cerdo?! ". Belitzer dijo a Lassa: " Adiós, Heil Hitler ". Luego el soldado dio un disparo en el brazo de Belitzer, otro en la cabeza y finalmente le rompió el cráneo con la culata. Lassa fue liberado el mismo día como consecuencia de la intervención de dos antiguos compañeros de escuela que estaban prestando justamente su servicio militar.
Fuente: Sd. K. Ls. Bromberg 21 / 39.